Cap 75
Me sonrió sobre mis
labios y luego me besó apasionadamente, yo la abracé atrayéndola más hacia mí,
si acaso eso era posible mientras acariciaba la tersa piel de su espalda.
Rompimos el beso para tomar aire y después se pasó al asiento del copiloto, nos
ordenamos las ropas y después encendí al auto y me puse en marcha rumbo a mi
departamento, la noche apenas estaba empezando.
Me estacioné en mi lugar acostumbrado y luego la ayudé a bajar, entrelazamos las manos y caminamos hacia el ascensor, un par de ancianos también lo estaban esperando y nos saludaron. Subimos los cuatro y ellos bajaron en el segundo piso, mi departamento está en el noveno así que lali y yo seguíamos subiendo, nuestras miradas se cruzaron un instante y eso bastó para que ambos levantáramos la mano al mismo tiempo y apretáramos el botón para detener el elevador.
Nos besamos desesperadamente en tanto nuestras manos se deshacían de nuestras prendas, el abrigo cayó al suelo igual que mi camisa, seguidos por mi pantalón y mi bóxer. lali lamía mi torso al tiempo que deslizaba su mano a lo largo de mi dureza, yo terminé de desnudarla y llevé dos de mi dedos a su intimidad, ella me mordió un pezón al sentir como la invadían, con su lengua fue subiendo hasta llegar a mi cuello que mordisqueó, yo la tomé de las nalgas y ella me rodeó con sus piernas, entré en su centro y comencé a moverme presurosamente en tanto ella se aferraba a mi espalda y susurraba mi nombre acompañado de suaves gemidos que aumentaban de volumen a medida que yo incrementaba la velocidad de mis embestidas. Entrelacé mis manos a las de ella y las puse a los costados de su cabeza, sobre la esquina en la que nos encontrábamos, me moví con urgencia, estábamos a punto de llegar y cuando yo lo hice no pude contener el impulso y mordí el hombro de lali que gritó.
– Perdóname, no quise lastimarte – exclamé avergonzado aún con la voz retorcida.
– Tranquilo, no me has lastimado – aseguró absorbiendo mi labio inferior en su boca.
– Me vuelves loco.
– Tú me tienes loca desde el primer instante que te vi, te amo.
– Yo también te amo.
Nos besamos y después nos vestimos, terminamos de subir los pisos que nos faltaban y finalmente llegamos a mi departamento, lali se quedó boquiabierta al ver el camino de pétalos de rosa, lo siguió y llegó hasta el jacuzzi de mi habitación, que estaba rodeado de velas que fui encendiendo poco a poco, cuando terminé abrí la llave del agua para que se llenara, me acerqué a ella y la abracé.
–peter, todo esto es tan hermoso – exclamó emocionada rodeándome por el cuello con sus manos.
– Quería que esta noche fuera muy especial, diferente.
– Contigo todas las noches son especiales y diferentes.
– Tendré que seguir esforzándome.
Le di un corto beso en los labios y después tomé el recipiente que tenía pétalos y los eché sobre el jacuzzi, luego vacié un poco de jabón y por último destapé el champagne y lo serví en dos copas, le ofrecí una y le di otro beso.
– Por nosotros, que nunca se nos termine el amor ni la pasión – dije chocando su copa.
– Que estemos juntos toda la vida y más allá de ella, te amo.
– Te amo corazón.
Nos bebimos el líquido y después nos besamos apasionadamente, me separé para cerrar la llave y al girarme lali ya estaba completamente desnuda, me maravillé mirándola y vi una vez más el parche anticonceptivo que empezó a usar después de aquella vez que pensó estar embarazada, mi niña aún no estaba lista para ser mamá, pensaba que aún era muy joven para eso, luego de contarme la historia de sus padres entendí que lo que en realidad tiene es miedo de serlo y de fallar, ya le demostraré yo con el tiempo que será una labor que no hará sola, yo la ayudaré y juntos seremos los mejores padres, como lo han sido los míos.
– ¿En qué piensas? – preguntó caminando sensualmente hacia mí.
– En todo lo que te amo… y lo que te amaré más cuando el fruto de nuestro amor empiece a crecer dentro de ti – respondí acariciándole su abdomen.
– ¿De verdad quieres un hijo?
– Sí – aseguré acariciándole la mejilla – en un futuro, cuando ambos estemos listos.
– ¿Qué te parece un par de años?
– ¿Es una promesa?
– Es un plan de vida, creo que es tiempo suficiente para consolidar nuestra relación, además quiero seguir preparándome en el ámbito profesional, pero ya hablaremos de eso más tarde – lamió mis labios – ahora disfrutemos el presente – agregó abriendo mi camisa con tal fuerza que los botones salieron volando.
Caímos rendidos sobre la cama, nos besamos y no supe en qué momento nos quedamos dormidos con nuestros cuerpos entrelazados. No sé cuánto tiempo pasó, de repente, aún dormido, empecé a sentir que mi miembro se endurecía, aunque no era la típica erección matutina, así que desperté y al abrir los ojos me di cuenta que lali se lo estaba comiendo, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, me apoyé en los antebrazos para enderezarme un poco y disfrutar de ese maravilloso espectáculo. Se dio cuenta que había despertado por mis gemidos, sonrió sobre la punta de mi miembro y después de lamerlo volvió a sumergirlo en su boca, me dejé caer sobre la cama, la deliciosa sensación recorría todo mi cuerpo.
lali se detuvo para subir en mí, introduciéndose mi miembro en su húmeda y cálida intimidad. Se apoyó sobre mi pecho y comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo, tratando de mitigar el fuego que la consumía, enloqueciéndome a mí que acariciaba sus muslos. Intensificó sus movimientos, entonces la tomé y la hice girarse, quedando debajo de mí, le sonreí y la besé embistiendo en ella con fuerza, después enterré mi cabeza en su cuello e hice los últimos movimientos que nos llevaron al éxtasis total.
– Que delicioso despertar – dije sobre sus labios.
– Buenos días mi vida – respondió con una amplia sonrisa.
– Muy buenos días corazón, así ni siquiera dan ganas de levantarse de la cama.
– No tenemos que levantarnos, podemos quedarnos aquí… te recuerdo que alguna vez me dijiste que podrías tener sexo conmigo todo el día… ¿qué tal si hoy es ese día?
– ¿Estás segura de lo que estás pidiendo?
– Sí, yo también estuve en abstinencia el mismo tiempo que tú, te amo.
– Yo también te amo… mi desconocida favorita.
– Ya no somos desconocidos, no reglas entre nosotros nunca más.
– Yo diría que sí lali… sólo una – aseveré quitándole un mechón de su rostro.
– ¿Cuál? – preguntó desconcertada.
– Amarnos para toda la vida.
– Esa no es una regla, es un regalo, un placer infinito… te amo Peter Lanzani, te amo con todo mi corazón y mi alma, como jamás había amado a nadie, de eso puedes estar completamente seguro.
– Tú también debes estar segura que te amo como a nadie y, si me dieran a elegir una vez más, sin ninguna duda te elegiría de nuevo y no cambiaría nada de nuestra historia, porque es única e irrepetible, te amo Mariana Esposito, mi Lali, te guste o no te guste.
Me sonrió y me besó apasionadamente. Ese era el inicio de una nueva vida juntos; sin reglas, sin mentiras, sin temores; únicamente amándonos, entregándonos el uno al otro sin pudor, sin tabúes; experimentando, creando, innovando el arte de amar; sin complejos, ni ataduras; libres para amarnos hasta el final de nuestros días, esa sería nuestra única regla de hoy en adelante, la única que seguiríamos sin romper, porque nuestro amor es inmenso, la mezcla perfecta de ternura y sensualidad, amor con sexo y sexo con amor, una verdad innegable.
Me estacioné en mi lugar acostumbrado y luego la ayudé a bajar, entrelazamos las manos y caminamos hacia el ascensor, un par de ancianos también lo estaban esperando y nos saludaron. Subimos los cuatro y ellos bajaron en el segundo piso, mi departamento está en el noveno así que lali y yo seguíamos subiendo, nuestras miradas se cruzaron un instante y eso bastó para que ambos levantáramos la mano al mismo tiempo y apretáramos el botón para detener el elevador.
Nos besamos desesperadamente en tanto nuestras manos se deshacían de nuestras prendas, el abrigo cayó al suelo igual que mi camisa, seguidos por mi pantalón y mi bóxer. lali lamía mi torso al tiempo que deslizaba su mano a lo largo de mi dureza, yo terminé de desnudarla y llevé dos de mi dedos a su intimidad, ella me mordió un pezón al sentir como la invadían, con su lengua fue subiendo hasta llegar a mi cuello que mordisqueó, yo la tomé de las nalgas y ella me rodeó con sus piernas, entré en su centro y comencé a moverme presurosamente en tanto ella se aferraba a mi espalda y susurraba mi nombre acompañado de suaves gemidos que aumentaban de volumen a medida que yo incrementaba la velocidad de mis embestidas. Entrelacé mis manos a las de ella y las puse a los costados de su cabeza, sobre la esquina en la que nos encontrábamos, me moví con urgencia, estábamos a punto de llegar y cuando yo lo hice no pude contener el impulso y mordí el hombro de lali que gritó.
– Perdóname, no quise lastimarte – exclamé avergonzado aún con la voz retorcida.
– Tranquilo, no me has lastimado – aseguró absorbiendo mi labio inferior en su boca.
– Me vuelves loco.
– Tú me tienes loca desde el primer instante que te vi, te amo.
– Yo también te amo.
Nos besamos y después nos vestimos, terminamos de subir los pisos que nos faltaban y finalmente llegamos a mi departamento, lali se quedó boquiabierta al ver el camino de pétalos de rosa, lo siguió y llegó hasta el jacuzzi de mi habitación, que estaba rodeado de velas que fui encendiendo poco a poco, cuando terminé abrí la llave del agua para que se llenara, me acerqué a ella y la abracé.
–peter, todo esto es tan hermoso – exclamó emocionada rodeándome por el cuello con sus manos.
– Quería que esta noche fuera muy especial, diferente.
– Contigo todas las noches son especiales y diferentes.
– Tendré que seguir esforzándome.
Le di un corto beso en los labios y después tomé el recipiente que tenía pétalos y los eché sobre el jacuzzi, luego vacié un poco de jabón y por último destapé el champagne y lo serví en dos copas, le ofrecí una y le di otro beso.
– Por nosotros, que nunca se nos termine el amor ni la pasión – dije chocando su copa.
– Que estemos juntos toda la vida y más allá de ella, te amo.
– Te amo corazón.
Nos bebimos el líquido y después nos besamos apasionadamente, me separé para cerrar la llave y al girarme lali ya estaba completamente desnuda, me maravillé mirándola y vi una vez más el parche anticonceptivo que empezó a usar después de aquella vez que pensó estar embarazada, mi niña aún no estaba lista para ser mamá, pensaba que aún era muy joven para eso, luego de contarme la historia de sus padres entendí que lo que en realidad tiene es miedo de serlo y de fallar, ya le demostraré yo con el tiempo que será una labor que no hará sola, yo la ayudaré y juntos seremos los mejores padres, como lo han sido los míos.
– ¿En qué piensas? – preguntó caminando sensualmente hacia mí.
– En todo lo que te amo… y lo que te amaré más cuando el fruto de nuestro amor empiece a crecer dentro de ti – respondí acariciándole su abdomen.
– ¿De verdad quieres un hijo?
– Sí – aseguré acariciándole la mejilla – en un futuro, cuando ambos estemos listos.
– ¿Qué te parece un par de años?
– ¿Es una promesa?
– Es un plan de vida, creo que es tiempo suficiente para consolidar nuestra relación, además quiero seguir preparándome en el ámbito profesional, pero ya hablaremos de eso más tarde – lamió mis labios – ahora disfrutemos el presente – agregó abriendo mi camisa con tal fuerza que los botones salieron volando.
Caímos rendidos sobre la cama, nos besamos y no supe en qué momento nos quedamos dormidos con nuestros cuerpos entrelazados. No sé cuánto tiempo pasó, de repente, aún dormido, empecé a sentir que mi miembro se endurecía, aunque no era la típica erección matutina, así que desperté y al abrir los ojos me di cuenta que lali se lo estaba comiendo, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, me apoyé en los antebrazos para enderezarme un poco y disfrutar de ese maravilloso espectáculo. Se dio cuenta que había despertado por mis gemidos, sonrió sobre la punta de mi miembro y después de lamerlo volvió a sumergirlo en su boca, me dejé caer sobre la cama, la deliciosa sensación recorría todo mi cuerpo.
lali se detuvo para subir en mí, introduciéndose mi miembro en su húmeda y cálida intimidad. Se apoyó sobre mi pecho y comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo, tratando de mitigar el fuego que la consumía, enloqueciéndome a mí que acariciaba sus muslos. Intensificó sus movimientos, entonces la tomé y la hice girarse, quedando debajo de mí, le sonreí y la besé embistiendo en ella con fuerza, después enterré mi cabeza en su cuello e hice los últimos movimientos que nos llevaron al éxtasis total.
– Que delicioso despertar – dije sobre sus labios.
– Buenos días mi vida – respondió con una amplia sonrisa.
– Muy buenos días corazón, así ni siquiera dan ganas de levantarse de la cama.
– No tenemos que levantarnos, podemos quedarnos aquí… te recuerdo que alguna vez me dijiste que podrías tener sexo conmigo todo el día… ¿qué tal si hoy es ese día?
– ¿Estás segura de lo que estás pidiendo?
– Sí, yo también estuve en abstinencia el mismo tiempo que tú, te amo.
– Yo también te amo… mi desconocida favorita.
– Ya no somos desconocidos, no reglas entre nosotros nunca más.
– Yo diría que sí lali… sólo una – aseveré quitándole un mechón de su rostro.
– ¿Cuál? – preguntó desconcertada.
– Amarnos para toda la vida.
– Esa no es una regla, es un regalo, un placer infinito… te amo Peter Lanzani, te amo con todo mi corazón y mi alma, como jamás había amado a nadie, de eso puedes estar completamente seguro.
– Tú también debes estar segura que te amo como a nadie y, si me dieran a elegir una vez más, sin ninguna duda te elegiría de nuevo y no cambiaría nada de nuestra historia, porque es única e irrepetible, te amo Mariana Esposito, mi Lali, te guste o no te guste.
Me sonrió y me besó apasionadamente. Ese era el inicio de una nueva vida juntos; sin reglas, sin mentiras, sin temores; únicamente amándonos, entregándonos el uno al otro sin pudor, sin tabúes; experimentando, creando, innovando el arte de amar; sin complejos, ni ataduras; libres para amarnos hasta el final de nuestros días, esa sería nuestra única regla de hoy en adelante, la única que seguiríamos sin romper, porque nuestro amor es inmenso, la mezcla perfecta de ternura y sensualidad, amor con sexo y sexo con amor, una verdad innegable.
Cap 76
Abrí los ojos y lali no estaba a mi lado, miré el reloj de la mesa
de noche y marcaba las 8:35 de la mañana, era muy temprano para que se hubiera
levantado en sábado, lo más extraño fue que no me despertó como acostumbra.
Estaba a punto de levantarme cuando escuché que abría la puerta de la habitación
y me hice el dormido. Sentí que se sentó a mi lado y acarició mi frente, después me dio un suave beso en los labios.
– Feliz cumpleaños, mi amor, el desayuno está listo – susurró en mi oído.
– ¿Te levantaste temprano sólo para prepararme el desayunó? – pregunté abriendo los ojos finalmente.
– Claro, es tu cumpleaños y me toca consentirte – respondió acariciando mi nariz con la suya.
– ¿Y qué preparaste?
– Jugo, fruta y pan cakes.
– Rico, pero a mí se me antoja otra cosa – dije acariciándole la mejilla.
– ¿Ah sí?, ¿puedo saber que se te antoja?
– Algo más jugoso, dulce y delicioso – respondí tomándola de la cintura para subirla en mí y después me di una vuelta para quedar encima de ella – tú te me antojas.
– Eres un goloso, ¿lo sabes? – exclamó con una risita.
– Sí y tú eres mi golosina favorita.
Nos besamos apasionadamente mientras mis manos acariciaban sus senos por encima del pequeño camisón que traía puesto y frotaba mi sexo contra el suyo, deslicé mi boca por su mentón y luego me comí su cuello, deleitándome con su sabor y sus gemidos. Sentí como sus manos bajaban mi bóxer y yo hice lo mismo con su bikini. Froté su triángulo con mi miembro en tanto subía el camisón para disfrutar de sus senos, lali se levantó para quitárselo y después me acarició la espalda al tiempo que nos besábamos nuevamente.
Entré en ella y se arqueó al sentirme, enterró sus uñas en mi espalda y yo lancé un quejido al sentirlas, comencé a moverme lentamente en tanto la miraba, ella me sonrió y acarició mis mejillas, enmarañó mi cabello y yo sonreí siguiendo con mis embestidas, sus manos bajaron a mis nalgas para impulsarme a profundizar más.
– Te amo peter– exclamó entre gemidos.
– Yo te amo a ti lali– respondí con la voz entre cortada.
– Sigue amándome peter… así… como me gusta.
– ¿De verdad te gusta, lali?
– Me encanta … hazme tuya… no pares.
– Eres mía… sólo mía, lali– aseguré sobre sus labios.
– Sí, sólo tuya… más peter, más.
Aceleré la velocidad de mis movimientos, nos besamos una vez más, sincronizando los movimientos de nuestras lenguas y nuestros sexos, segundos después rompimos el beso y lali hizo su cabeza hacia atrás, apretaba los músculos de su centro generando un roce más supremo con mi miembro, gemíamos sin parar, puse mi frente sobre la suya y me moví más rápido en tanto ella seguía empujando mis nalgas y gritamos al mismo tiempo a causa de alcanzar el orgasmo juntos.
Me dejé caer sobre su cuerpo, mientras nuestras respiraciones volvían a su ritmo, ella me acarició la cabeza y después me enderecé ligeramente para probar sus labios una vez más, luego de unos minutos nos separamos para tomar aire y finalmente salí de ella y me acosté a su lado. Tomó la charola que había dejado en la mesa de noche y yo me cubrí con la colcha para que la pusiera encima.
– ¡Feliz Cumpleaños! – exclamó de nuevo.
– El más feliz de todos, porque te tengo a ti, eres mi mejor regalo.
– Tú también lo fuiste para mí el año pasado, por cierto, ¿cómo festejaste el tuyo hace un año?
– Comí con mi familia y en la noche salí con eugenia y unos amigos a un bar.
– Esa noche… ¿no estuviste libre? – preguntó tomando un trozo de piña.
– No, los cumpleaños son para pasarlos con las personas queridas.
– Hay algunas excepciones, el mío lo pasé con un desconocido y después se convirtió en la persona más amada.
–lali, júrame que nunca olvidarás la noche en que nos conocimos.
– Te lo juro, aunque no es necesario, la recuerdo constantemente, esa y todas las noches que hemos compartido juntos.
– ¿Tienes alguna favorita? – cuestioné curioso.
– Sí, varias, la de la playa encabeza la lista – respondió muy segura.
– ¿Y puedo saber cuáles son las demás?
– Cuando comimos en el hotel, aún siendo desconocidos, la primera vez que te quedaste en mi departamento y cuando yo me quedé en el tuyo después de nuestro período de celibato, ¿y cuáles son tus favoritas?
– Coincidimos casi en todas, yo agregaría la de Las Vegas, en la cocina y la noche que llovió, la primera que me quede a dormir contigo, aunque tú no te hayas dado cuenta.
De pronto mi movil sonó y lali me lo pasó, era un mensaje de eugenia que enseguida leí.
– ¿Por qué pones esa cara cariño? – preguntó lali mirándome.
–eugenia me felicita y me avisa que está en Oregón con… su novio.
–peter, ya supéralo, pablo la adora y ella a él, ¿no te da gusto que tu amiga sea feliz?
– Sí, pero…
– No hay peros que valgan peter, si yo no le guardo rencor, tú tampoco debes hacerlo, él es un buen hombre, al menos trabaja y no es un vividor bisexual que la está utilizando, la ama de verdad.
– Tienes razón, además es mi cumpleaños y no debo amargarme por eso
lali me movió la cabeza. Seguimos desayunando y después nos bañamos juntos, nos vestimos y pasamos el día en un parque de diversiones. Recibí llamadas de toda mi familia felicitándome, mis padres se encontraban en una isla en Brasil, mary y Maiquel estaban en París en una convención sobre moda, bauty y Diana estaban en Miami, ya que ella debía reposar porque le faltaba como un mes para dar a luz, así que la única persona que estaba conmigo era mi lali, no necesitaba a nadie más, aunque la verdad sí echaba de menos a mi familia, sería el primer cumpleaños alejado de ellos.
Regresamos a mi departamento cuando empezaba a anochecer, me dijo que me cambiara porque iríamos a cenar a un restaurante. Cuando estuve listo me pidió irnos en su coche, yo la había enseñado a manejar y acababa de comprarse un Toyota. Me sorprendió que llegáramos a su departamento y me argumentó que ahí tenía mi regalo, así que bajamos del auto y subimos por el ascensor. En cuanto entramos y encendió la luz se escucharon varias voces que gritaron Feliz Cumpleaños y me quedé sorprendido al ver ahí a toda mi familia y a eugenia, entre otros amigos de la universidad y de mi trabajo, volteé a ver a lali y me abrazó entusiasmada, al oído me susurró sorpresa.
Después me fueron abrazando uno por uno, mi madre, mi padre, mary, bauty, Maiquel, Diana con todo y gemelos aún en su vientre, eugenia y hasta pablo, tal vez mi cumpleaños era la fecha ideal para dejar rencores atrás, debía aceptar que jamás había visto a mi mejor amiga tan contenta y realizada, al parecer él había aprendido de sus errores y mientras la hiciera feliz, yo debía estarlo por ella.
Ese había sido uno de los mejores cumpleaños de mi vida, el primero al lado de mi lali, quien me había sorprendido con una fiesta que jamás imaginé.
Meses después
Eran 11:55 de la noche, estaba sentada en el banquillo pegado a la ventana viendo caer la lluvia, no podía evitar recordar aquella tarde que peter y yo danzamos debajo de ella, él ahora no estaba conmigo, tenía una semana en Londres supervisando los últimos detalles para la inauguración del nuevo hotel. Este departamento no es lo mismo sin él, sin nuestros juegos, nuestras pláticas o simplemente estando abrazados sin decir nada, mi corazón se oprime al pensar que estuve a punto de perderlo por mis inseguridades, afortunadamente todo se resolvió y ahora somos los más felices.
Estos meses a su lado han sido maravillosos, a veces tenemos nuestras diferencias y discutimos, no todo es miel sobre hojuelas, pero siempre las reconciliaciones son lo mejor, no podemos estar mucho tiempo enojados, hemos aprendido lo que le molesta al uno del otro y tratamos de evitarlo, aunque claro, no hay parejas perfectas.
Han pasado varios acontecimientos en estos meses, eugenia y pablo ya son novios, los dos están muy enamorados y eso me da mucho gusto, como también el haber podido conservar la amistad de él, ya hasta me ha hablado de sus planes de boda con ella, sin duda ha crecido como ser humano. Finalmente peter ha aprendido a sobre llevarlo, sigue sin ser su persona favorita, pero al menos podemos salir los cuatro y se siente un ambiente agradable, se ha dado cuenta que su amor por eugenia es auténtico y que ella es sumamente feliz a su lado. Ella y yo nos hemos convertido en grandes amigas y salimos juntas de compras o a tomar café.
Mi queridísimo cuñado bauty ya es papá de dos hermosos gemelos, una niña que llamaron simplemente Angie y un niño que lleva por nombre Jose, así que Diana se alejó del modelaje para dedicarse a ellos, jamás imaginé que tomara esa decisión, pero ella misma me dijo que lo que más había anhelado en el mundo era ser madre y ahora que al fin se había cumplido ese sueño, lo sería de tiempo completo.
El sonido del movil me sacó de mis pensamientos, miré el reloj y justo era medianoche, ¿quién podría llamarme a esa hora?, sonreí feliz al darme cuenta que era peter, pero, ¿qué hacía despierto tan temprano?, en Londres eran las cinco de la mañana.
– Hola mi amor – respondí sonriente.
– ¡Feliz cumpleaños corazón! No pensaste que se me olvidaría, ¿verdad?
– No, pero tampoco esperaba que me felicitarás tan temprano.
– Quería ser el primero, te amo y te deseo lo mejor del mundo.
– Ya lo tengo, justo hace un año lo encontré.
– Ah, ¿sí? – preguntó fingiendo una voz de sorprendido.
– Sí, fue el mejor regalo de cumpleaños que había recibido hasta ese momento.
– Uy, creo que tengo problemas entonces, para superarlo.
– No tienes nada que superar, el que estés conmigo es más que suficiente, aunque ahorita te encuentres en Londres.
– Sabes muy bien que a mi regreso festejaremos en grande, así que ve tomando vitaminas, mi vida.
– Claro, es lo que hago desde que me diste tu tip.
– Tengo que colgar cariño, feliz cumpleaños y te veo después, recuerda que te amo.
– Gracias por la felicitación, yo también te amo y mucho, te mando miles de besos.
– Yo te mando millones.
Me dormí abrazada a Tony, el oso que me regaló, era lo que siempre hacía cuando peter no estaba conmigo, de esa manera lo sentía junto a mí. Me levanté después que sonó el despertador y me metí al baño, me miré al espejo después de terminar de bañarme, quité el vapor con la mano y sonreí ante mi reflejo, mi vida había cambiado significativamente el último año, tenía un hombre maravilloso a mi lado, prácticamente vivíamos juntos, me habían promovido en mi trabajo y estaba estudiando una maestría, me quedaba poco tiempo libre y lo disfrutaba al máximo con peter, aunque al parecer mi mala suerte no había terminado del todo porque este cumpleaños volvería a pasarlo sola, quizá llamaría a candela para que cenáramos juntas.
Al salir del baño me quedé boquiabierta
– Feliz cumpleaños, mi amor, el desayuno está listo – susurró en mi oído.
– ¿Te levantaste temprano sólo para prepararme el desayunó? – pregunté abriendo los ojos finalmente.
– Claro, es tu cumpleaños y me toca consentirte – respondió acariciando mi nariz con la suya.
– ¿Y qué preparaste?
– Jugo, fruta y pan cakes.
– Rico, pero a mí se me antoja otra cosa – dije acariciándole la mejilla.
– ¿Ah sí?, ¿puedo saber que se te antoja?
– Algo más jugoso, dulce y delicioso – respondí tomándola de la cintura para subirla en mí y después me di una vuelta para quedar encima de ella – tú te me antojas.
– Eres un goloso, ¿lo sabes? – exclamó con una risita.
– Sí y tú eres mi golosina favorita.
Nos besamos apasionadamente mientras mis manos acariciaban sus senos por encima del pequeño camisón que traía puesto y frotaba mi sexo contra el suyo, deslicé mi boca por su mentón y luego me comí su cuello, deleitándome con su sabor y sus gemidos. Sentí como sus manos bajaban mi bóxer y yo hice lo mismo con su bikini. Froté su triángulo con mi miembro en tanto subía el camisón para disfrutar de sus senos, lali se levantó para quitárselo y después me acarició la espalda al tiempo que nos besábamos nuevamente.
Entré en ella y se arqueó al sentirme, enterró sus uñas en mi espalda y yo lancé un quejido al sentirlas, comencé a moverme lentamente en tanto la miraba, ella me sonrió y acarició mis mejillas, enmarañó mi cabello y yo sonreí siguiendo con mis embestidas, sus manos bajaron a mis nalgas para impulsarme a profundizar más.
– Te amo peter– exclamó entre gemidos.
– Yo te amo a ti lali– respondí con la voz entre cortada.
– Sigue amándome peter… así… como me gusta.
– ¿De verdad te gusta, lali?
– Me encanta … hazme tuya… no pares.
– Eres mía… sólo mía, lali– aseguré sobre sus labios.
– Sí, sólo tuya… más peter, más.
Aceleré la velocidad de mis movimientos, nos besamos una vez más, sincronizando los movimientos de nuestras lenguas y nuestros sexos, segundos después rompimos el beso y lali hizo su cabeza hacia atrás, apretaba los músculos de su centro generando un roce más supremo con mi miembro, gemíamos sin parar, puse mi frente sobre la suya y me moví más rápido en tanto ella seguía empujando mis nalgas y gritamos al mismo tiempo a causa de alcanzar el orgasmo juntos.
Me dejé caer sobre su cuerpo, mientras nuestras respiraciones volvían a su ritmo, ella me acarició la cabeza y después me enderecé ligeramente para probar sus labios una vez más, luego de unos minutos nos separamos para tomar aire y finalmente salí de ella y me acosté a su lado. Tomó la charola que había dejado en la mesa de noche y yo me cubrí con la colcha para que la pusiera encima.
– ¡Feliz Cumpleaños! – exclamó de nuevo.
– El más feliz de todos, porque te tengo a ti, eres mi mejor regalo.
– Tú también lo fuiste para mí el año pasado, por cierto, ¿cómo festejaste el tuyo hace un año?
– Comí con mi familia y en la noche salí con eugenia y unos amigos a un bar.
– Esa noche… ¿no estuviste libre? – preguntó tomando un trozo de piña.
– No, los cumpleaños son para pasarlos con las personas queridas.
– Hay algunas excepciones, el mío lo pasé con un desconocido y después se convirtió en la persona más amada.
–lali, júrame que nunca olvidarás la noche en que nos conocimos.
– Te lo juro, aunque no es necesario, la recuerdo constantemente, esa y todas las noches que hemos compartido juntos.
– ¿Tienes alguna favorita? – cuestioné curioso.
– Sí, varias, la de la playa encabeza la lista – respondió muy segura.
– ¿Y puedo saber cuáles son las demás?
– Cuando comimos en el hotel, aún siendo desconocidos, la primera vez que te quedaste en mi departamento y cuando yo me quedé en el tuyo después de nuestro período de celibato, ¿y cuáles son tus favoritas?
– Coincidimos casi en todas, yo agregaría la de Las Vegas, en la cocina y la noche que llovió, la primera que me quede a dormir contigo, aunque tú no te hayas dado cuenta.
De pronto mi movil sonó y lali me lo pasó, era un mensaje de eugenia que enseguida leí.
– ¿Por qué pones esa cara cariño? – preguntó lali mirándome.
–eugenia me felicita y me avisa que está en Oregón con… su novio.
–peter, ya supéralo, pablo la adora y ella a él, ¿no te da gusto que tu amiga sea feliz?
– Sí, pero…
– No hay peros que valgan peter, si yo no le guardo rencor, tú tampoco debes hacerlo, él es un buen hombre, al menos trabaja y no es un vividor bisexual que la está utilizando, la ama de verdad.
– Tienes razón, además es mi cumpleaños y no debo amargarme por eso
lali me movió la cabeza. Seguimos desayunando y después nos bañamos juntos, nos vestimos y pasamos el día en un parque de diversiones. Recibí llamadas de toda mi familia felicitándome, mis padres se encontraban en una isla en Brasil, mary y Maiquel estaban en París en una convención sobre moda, bauty y Diana estaban en Miami, ya que ella debía reposar porque le faltaba como un mes para dar a luz, así que la única persona que estaba conmigo era mi lali, no necesitaba a nadie más, aunque la verdad sí echaba de menos a mi familia, sería el primer cumpleaños alejado de ellos.
Regresamos a mi departamento cuando empezaba a anochecer, me dijo que me cambiara porque iríamos a cenar a un restaurante. Cuando estuve listo me pidió irnos en su coche, yo la había enseñado a manejar y acababa de comprarse un Toyota. Me sorprendió que llegáramos a su departamento y me argumentó que ahí tenía mi regalo, así que bajamos del auto y subimos por el ascensor. En cuanto entramos y encendió la luz se escucharon varias voces que gritaron Feliz Cumpleaños y me quedé sorprendido al ver ahí a toda mi familia y a eugenia, entre otros amigos de la universidad y de mi trabajo, volteé a ver a lali y me abrazó entusiasmada, al oído me susurró sorpresa.
Después me fueron abrazando uno por uno, mi madre, mi padre, mary, bauty, Maiquel, Diana con todo y gemelos aún en su vientre, eugenia y hasta pablo, tal vez mi cumpleaños era la fecha ideal para dejar rencores atrás, debía aceptar que jamás había visto a mi mejor amiga tan contenta y realizada, al parecer él había aprendido de sus errores y mientras la hiciera feliz, yo debía estarlo por ella.
Ese había sido uno de los mejores cumpleaños de mi vida, el primero al lado de mi lali, quien me había sorprendido con una fiesta que jamás imaginé.
Meses después
Eran 11:55 de la noche, estaba sentada en el banquillo pegado a la ventana viendo caer la lluvia, no podía evitar recordar aquella tarde que peter y yo danzamos debajo de ella, él ahora no estaba conmigo, tenía una semana en Londres supervisando los últimos detalles para la inauguración del nuevo hotel. Este departamento no es lo mismo sin él, sin nuestros juegos, nuestras pláticas o simplemente estando abrazados sin decir nada, mi corazón se oprime al pensar que estuve a punto de perderlo por mis inseguridades, afortunadamente todo se resolvió y ahora somos los más felices.
Estos meses a su lado han sido maravillosos, a veces tenemos nuestras diferencias y discutimos, no todo es miel sobre hojuelas, pero siempre las reconciliaciones son lo mejor, no podemos estar mucho tiempo enojados, hemos aprendido lo que le molesta al uno del otro y tratamos de evitarlo, aunque claro, no hay parejas perfectas.
Han pasado varios acontecimientos en estos meses, eugenia y pablo ya son novios, los dos están muy enamorados y eso me da mucho gusto, como también el haber podido conservar la amistad de él, ya hasta me ha hablado de sus planes de boda con ella, sin duda ha crecido como ser humano. Finalmente peter ha aprendido a sobre llevarlo, sigue sin ser su persona favorita, pero al menos podemos salir los cuatro y se siente un ambiente agradable, se ha dado cuenta que su amor por eugenia es auténtico y que ella es sumamente feliz a su lado. Ella y yo nos hemos convertido en grandes amigas y salimos juntas de compras o a tomar café.
Mi queridísimo cuñado bauty ya es papá de dos hermosos gemelos, una niña que llamaron simplemente Angie y un niño que lleva por nombre Jose, así que Diana se alejó del modelaje para dedicarse a ellos, jamás imaginé que tomara esa decisión, pero ella misma me dijo que lo que más había anhelado en el mundo era ser madre y ahora que al fin se había cumplido ese sueño, lo sería de tiempo completo.
El sonido del movil me sacó de mis pensamientos, miré el reloj y justo era medianoche, ¿quién podría llamarme a esa hora?, sonreí feliz al darme cuenta que era peter, pero, ¿qué hacía despierto tan temprano?, en Londres eran las cinco de la mañana.
– Hola mi amor – respondí sonriente.
– ¡Feliz cumpleaños corazón! No pensaste que se me olvidaría, ¿verdad?
– No, pero tampoco esperaba que me felicitarás tan temprano.
– Quería ser el primero, te amo y te deseo lo mejor del mundo.
– Ya lo tengo, justo hace un año lo encontré.
– Ah, ¿sí? – preguntó fingiendo una voz de sorprendido.
– Sí, fue el mejor regalo de cumpleaños que había recibido hasta ese momento.
– Uy, creo que tengo problemas entonces, para superarlo.
– No tienes nada que superar, el que estés conmigo es más que suficiente, aunque ahorita te encuentres en Londres.
– Sabes muy bien que a mi regreso festejaremos en grande, así que ve tomando vitaminas, mi vida.
– Claro, es lo que hago desde que me diste tu tip.
– Tengo que colgar cariño, feliz cumpleaños y te veo después, recuerda que te amo.
– Gracias por la felicitación, yo también te amo y mucho, te mando miles de besos.
– Yo te mando millones.
Me dormí abrazada a Tony, el oso que me regaló, era lo que siempre hacía cuando peter no estaba conmigo, de esa manera lo sentía junto a mí. Me levanté después que sonó el despertador y me metí al baño, me miré al espejo después de terminar de bañarme, quité el vapor con la mano y sonreí ante mi reflejo, mi vida había cambiado significativamente el último año, tenía un hombre maravilloso a mi lado, prácticamente vivíamos juntos, me habían promovido en mi trabajo y estaba estudiando una maestría, me quedaba poco tiempo libre y lo disfrutaba al máximo con peter, aunque al parecer mi mala suerte no había terminado del todo porque este cumpleaños volvería a pasarlo sola, quizá llamaría a candela para que cenáramos juntas.
Al salir del baño me quedé boquiabierta
Cap 77
al ver varios globos
flotando por la habitación, unos decían Feliz Cumpleaños y otros Te Amo, me
llevé las manos al pecho, conmovida por ese gesto, volteé hacia la puerta y ahí
estaba él, con otro enorme oso blanco con moños lilas en las orejas.
– ¡Feliz Cumpleaños amor mío!, no habrías creído que te iba a dejar sola este día, ¿verdad?
– No… bueno, me dijiste que volvías pasado mañana.
– Te quería sorprender, mira, encontré la pareja para Tony – señaló mostrándome a la osa de peluche – ya no estará más solo, ya siempre tendrá compañía, como tú, mi vida – agregó dejando el regalo sobre la cama.
Yo corrí a abrazarlo y nos besamos apasionadamente, lo tumbé sobre la cama y me senté sobre él con mis piernas a sus costados, me quité la toalla lentamente mientras él me miraba y sonreía, después empecé a besarle el cuello, emitió un suave gemido y subí hasta su oreja, exhalé sobre ella y luego mordisqueé el lóbulo.
–lali, mi amor, el cumpleaños es tuyo, a mí me corresponde darte tu regalo, no tú a mí – exclamó de repente obligándome a bajar de él y se levantó de la cama.
– Tú eres el regalo que quiero – objeté haciendo un puchero – hace una semana que no te tengo y me haces mucha falta.
– Yo también te necesito y te deseo, pero, ahora no tenemos tiempo para eso, ya llegará la noche, ten paciencia – aseguró guiñándome un ojo.
– Cierto, tengo que ir a trabajar – recordé y me puse de pie.
– No, hoy no irás, hablé con tu jefe y te dio el día.
– ¿Cómo lo convenciste? – pregunté sorprendida, Alex era más estricto que Scott.
– Soy muy persuasivo, tú no te preocupes, cámbiate para ir a desayunar, hice una reservación para dentro de una hora.
– ¿En dónde?
– Ya verás, date prisa, este día sólo estaremos tú y yo.
Me acerqué y le di un pequeño beso en los labios, después me vestí rápidamente y salimos del departamento, manejó a toda prisa al aeropuerto, yo lo miré sorprendida cuando vi que nos dirigíamos ahí y que entraba al estacionamiento, me acarició la mejilla y después se bajó y me abrió la puerta del auto. Subimos a un helicóptero pero no me dijo adónde nos dirigíamos, insistía en que era una sorpresa.
Al llegar me di cuenta que estábamos en Miami, un chofer ya nos estaba esperando y nos llevó a su casa, caminamos a la terraza y estaba una mesa puesta para dos personas, yo no podía estar más emocionada, lo abracé y lo besé apasionadamente. Sobre la silla había un hermoso vestido azul y fui al baño a ponérmelo, después desayunamos y más tarde caminamos por la playa con nuestras manos entrelazadas, nos metimos al mar y luego regresamos a la casa y estuvimos un rato en la alberca, compartimos muchos besos y abrazos, pero sin llegar a más, sólo estaba haciendo que mi deseo por él aumentará.
Nos bañamos y comimos en un precioso restaurante, después nos dirigimos de nuevo al aeropuerto y de ahí a mi departamento. En la puerta del edificio me dijo que había olvidado comprar unas cosas, que me adelantara, le di un corto beso y subí. Me di cuenta que tenía varios mensajes en la contestadora y los escuché, no podía creer que los Lanzani tuvieran esos detalles, cada uno de ellos había llamado para felicitarme, incluidos Maiquel y mary quien me dijo que Diana y bauty también me mandaban felicitaciones, no sólo había encontrado el amor, había encontrado una familia maravillosa, aunque me dolía el distanciamiento con mis padres, sólo esperaba que algún día mi relación con ellos mejorara.
Escuché que mi movil sonó y lo saqué de mi bolso, no tenía registrado ese número y un tanto desconfiada contesté.
– ¿Estás libre esta noche? – escuché la hermosa y aterciopelada voz de peter.
– No, estoy esperando a mi novio para ir a cenar – respondí siguiéndole el juego.
– Déjalo plantado, te aseguro que te divertirás más conmigo – dijo en un tono sensual.
– Sé que no debo dar detalles, pero, lo estoy esperando para que me dé mi regalo de cumpleaños.
– Yo te puedo dar uno mucho mejor, te va a encantar y hasta vas a pedir más.
– Me estás tentando demasiado – dije mordiéndome el labio inferior.
– Y no te vas a arrepentir, te haré tocar el cielo las veces que quieras, hasta que ya no puedas más.
– ¿Seguro?, porque ahora mismo estoy que ardo, mi novio se dedicó a… incitarme todo el día y… ya te imaginarás como estoy – exclamé exhalando sensualmente.
– Yo puedo apagar ese fuego, sé que terminarás pidiendo más y más.
– ¿Dónde te veo?
– En el lobyy del hotel Rose Imperial, en media hora…
–si, claro - con suerte si el trafico me lo permite – dije riendo – como te reconozco?
– simplemente lo sabras en media hora te veo - dijo y colgó.
Sonreí mientras miraba el celular, esa misma escena se había repetido un año atrás, sólo que un poco diferente, yo lo había llamado y él me había citado en ese mismo lugar, nuestro primer encuentro fue explosivo, jamás me imaginé que llegaríamos a romper sus reglas, hoy estaba completamente segura que nos amábamos y nos completábamos, él me enseñó a ser atrevida en la cama, a explotar al máximo mi sensualidad, a jugar y, yo, bueno, yo sólo le enseñé un pequeño detalle, a poner el alma y el corazón en la cama, le enseñé que amar es un arte.
Hoy era su cumpleaños y ahora ella era la sorprendida, no sólo por haberla llevado a la playa a pasar el día, sino por el regalo que le esperaba en el bolsillo de mi pantalón y para entregárselo había planeado un jueguito que ella había empezado a seguirme. Ya me encontraba yo en la barra del bar del Rose Imperial esperándola.
Llegó puntual, exactamente a la media hora
– estas libre esta noche? – exclame sensualmente.
en cuanto la vi, sonrei y ella se mordió el labio inferior, yo también le había preparado una fiesta sorpresa, aunque sólo para dos, me dio tanta pena que sus papás no hayan querido viajar para verla, su situación es más complicada de lo que había pensado, al menos mi familia la adoraba y nos esperaban el fin de semana para festejarla en grande.
Me levanté del asiento y me gire hacia ella , le ofrecí mi brazo y lo tomó, caminamos en silencio a los elevadores, subimos al piso de siempre, a la misma habitación, donde justamente un año atrás la había hecho mía por primera vez y sin saberlo, había abierto la puerta a una nueva vida llena de amor y de locuras, sorprendiéndome a mí mismo de lo que había sido capaz de hacer con tal de tenerla a mi lado.
– ¡Feliz Cumpleaños amor mío!, no habrías creído que te iba a dejar sola este día, ¿verdad?
– No… bueno, me dijiste que volvías pasado mañana.
– Te quería sorprender, mira, encontré la pareja para Tony – señaló mostrándome a la osa de peluche – ya no estará más solo, ya siempre tendrá compañía, como tú, mi vida – agregó dejando el regalo sobre la cama.
Yo corrí a abrazarlo y nos besamos apasionadamente, lo tumbé sobre la cama y me senté sobre él con mis piernas a sus costados, me quité la toalla lentamente mientras él me miraba y sonreía, después empecé a besarle el cuello, emitió un suave gemido y subí hasta su oreja, exhalé sobre ella y luego mordisqueé el lóbulo.
–lali, mi amor, el cumpleaños es tuyo, a mí me corresponde darte tu regalo, no tú a mí – exclamó de repente obligándome a bajar de él y se levantó de la cama.
– Tú eres el regalo que quiero – objeté haciendo un puchero – hace una semana que no te tengo y me haces mucha falta.
– Yo también te necesito y te deseo, pero, ahora no tenemos tiempo para eso, ya llegará la noche, ten paciencia – aseguró guiñándome un ojo.
– Cierto, tengo que ir a trabajar – recordé y me puse de pie.
– No, hoy no irás, hablé con tu jefe y te dio el día.
– ¿Cómo lo convenciste? – pregunté sorprendida, Alex era más estricto que Scott.
– Soy muy persuasivo, tú no te preocupes, cámbiate para ir a desayunar, hice una reservación para dentro de una hora.
– ¿En dónde?
– Ya verás, date prisa, este día sólo estaremos tú y yo.
Me acerqué y le di un pequeño beso en los labios, después me vestí rápidamente y salimos del departamento, manejó a toda prisa al aeropuerto, yo lo miré sorprendida cuando vi que nos dirigíamos ahí y que entraba al estacionamiento, me acarició la mejilla y después se bajó y me abrió la puerta del auto. Subimos a un helicóptero pero no me dijo adónde nos dirigíamos, insistía en que era una sorpresa.
Al llegar me di cuenta que estábamos en Miami, un chofer ya nos estaba esperando y nos llevó a su casa, caminamos a la terraza y estaba una mesa puesta para dos personas, yo no podía estar más emocionada, lo abracé y lo besé apasionadamente. Sobre la silla había un hermoso vestido azul y fui al baño a ponérmelo, después desayunamos y más tarde caminamos por la playa con nuestras manos entrelazadas, nos metimos al mar y luego regresamos a la casa y estuvimos un rato en la alberca, compartimos muchos besos y abrazos, pero sin llegar a más, sólo estaba haciendo que mi deseo por él aumentará.
Nos bañamos y comimos en un precioso restaurante, después nos dirigimos de nuevo al aeropuerto y de ahí a mi departamento. En la puerta del edificio me dijo que había olvidado comprar unas cosas, que me adelantara, le di un corto beso y subí. Me di cuenta que tenía varios mensajes en la contestadora y los escuché, no podía creer que los Lanzani tuvieran esos detalles, cada uno de ellos había llamado para felicitarme, incluidos Maiquel y mary quien me dijo que Diana y bauty también me mandaban felicitaciones, no sólo había encontrado el amor, había encontrado una familia maravillosa, aunque me dolía el distanciamiento con mis padres, sólo esperaba que algún día mi relación con ellos mejorara.
Escuché que mi movil sonó y lo saqué de mi bolso, no tenía registrado ese número y un tanto desconfiada contesté.
– ¿Estás libre esta noche? – escuché la hermosa y aterciopelada voz de peter.
– No, estoy esperando a mi novio para ir a cenar – respondí siguiéndole el juego.
– Déjalo plantado, te aseguro que te divertirás más conmigo – dijo en un tono sensual.
– Sé que no debo dar detalles, pero, lo estoy esperando para que me dé mi regalo de cumpleaños.
– Yo te puedo dar uno mucho mejor, te va a encantar y hasta vas a pedir más.
– Me estás tentando demasiado – dije mordiéndome el labio inferior.
– Y no te vas a arrepentir, te haré tocar el cielo las veces que quieras, hasta que ya no puedas más.
– ¿Seguro?, porque ahora mismo estoy que ardo, mi novio se dedicó a… incitarme todo el día y… ya te imaginarás como estoy – exclamé exhalando sensualmente.
– Yo puedo apagar ese fuego, sé que terminarás pidiendo más y más.
– ¿Dónde te veo?
– En el lobyy del hotel Rose Imperial, en media hora…
–si, claro - con suerte si el trafico me lo permite – dije riendo – como te reconozco?
– simplemente lo sabras en media hora te veo - dijo y colgó.
Sonreí mientras miraba el celular, esa misma escena se había repetido un año atrás, sólo que un poco diferente, yo lo había llamado y él me había citado en ese mismo lugar, nuestro primer encuentro fue explosivo, jamás me imaginé que llegaríamos a romper sus reglas, hoy estaba completamente segura que nos amábamos y nos completábamos, él me enseñó a ser atrevida en la cama, a explotar al máximo mi sensualidad, a jugar y, yo, bueno, yo sólo le enseñé un pequeño detalle, a poner el alma y el corazón en la cama, le enseñé que amar es un arte.
Hoy era su cumpleaños y ahora ella era la sorprendida, no sólo por haberla llevado a la playa a pasar el día, sino por el regalo que le esperaba en el bolsillo de mi pantalón y para entregárselo había planeado un jueguito que ella había empezado a seguirme. Ya me encontraba yo en la barra del bar del Rose Imperial esperándola.
Llegó puntual, exactamente a la media hora
– estas libre esta noche? – exclame sensualmente.
en cuanto la vi, sonrei y ella se mordió el labio inferior, yo también le había preparado una fiesta sorpresa, aunque sólo para dos, me dio tanta pena que sus papás no hayan querido viajar para verla, su situación es más complicada de lo que había pensado, al menos mi familia la adoraba y nos esperaban el fin de semana para festejarla en grande.
Me levanté del asiento y me gire hacia ella , le ofrecí mi brazo y lo tomó, caminamos en silencio a los elevadores, subimos al piso de siempre, a la misma habitación, donde justamente un año atrás la había hecho mía por primera vez y sin saberlo, había abierto la puerta a una nueva vida llena de amor y de locuras, sorprendiéndome a mí mismo de lo que había sido capaz de hacer con tal de tenerla a mi lado.
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BUENO CHICAS LO SIENTO MUCHO POR NO PODER SUBIR CAPITULOS. PERO HOY EN LA NOCHE SUBO EL ULTIMO CAPITULO :) LAS QUIERO MUCHO Y FIRMEN Y COMENTEN HARTO :)
Aa yaa el final!!! :'(
ResponderEliminarAy nonononono jajaja leí como 10 caps seguidos la verdad me había atrasado BASTANTE en la nove pero esta todo tan hermoso y me encanta,
ResponderEliminarMe gusta mucho, toda la nove me gusto mucho ❤ @BancandoLaliter
Me encanto... espero el final.
ResponderEliminarWow!! hermosos!!
ResponderEliminarEspero el final!!
que penita que se acabe la novela me encantaaaaaaaaaaaaa. besitos y espero que sigas escribiendo porque me encanta leerte.
ResponderEliminarme encantoooo!
ResponderEliminarde seguro le va pedir matrinomio
quiero mas
te espero
http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/
besos
me encantoo!! quiiieroo mas nove bessos
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaasssss
ResponderEliminarMe encantaaaaaa!! Otro otro otro :D
ResponderEliminarUn amor completamente sincero tienen los dos .
ResponderEliminarSe viene la pedida parece.
Aaaaaah hermosos
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