miércoles, 29 de enero de 2014

CAPITULO: 73-74


Cap 73

Llegamos a su departamento y nos sentamos en el sillón, lali fue por unas sodas a la cocina y después regresó a mi lado y le conté otro poco de mi historia.



– ¿De verdad nunca consideraste dedicarte a la actuación? – preguntó levantando una ceja.

– No, siempre me gustaron los negocios.

– Es una lástima, en serio que eres un gran actor, jamás me imaginé que te hubieras puesto celoso el día del partido.

– Bueno, no los sentí tan intensos como en las ocasiones posteriores.

– Y yo pensando mal de eugenia y ni al caso.

– En ese aspecto jamás te he mentido, desde un principio te dije que sólo era mi amiga.

– Lo sé, pero, ¿cómo no querías que pensara mal si como se llevaban?, sobre todo el día que llegamos a Las Vegas.

– Eso te lo contaré mañana, ahora debo irme porque ya tengo sueño, el champagne ya me está haciendo efecto.

– Quédate, te prometo que no más pruebas, además, aunque quisiéramos hoy no podemos, estoy en mi período.

– Está bien corazón, me quedo.



Nos preparamos para dormir y de nuevo nos acostamos abrazados. A la mañana siguiente desperté y lali no estaba a mi lado, me levanté al baño y al salir ya me estaba esperando con el desayuno.



– Buenos días mi amor – dijo y me dio un beso en los labios.

– Buenos días corazón.

– Ahora me toca consentirte, me levanté muy temprano a prepararte el desayuno, hice pancakes.

– Gracias, no tenías que hacerlo.

– Claro que sí, tú ya has hecho mucho por mí, es justo que yo te lo retribuya.

– Me conformo con saber que me amas como yo a ti.

– Eres tan bueno peter, a veces siento que no te merezco.

– No digas eso, sólo tienes que controlar tus hormonas, no quiero ni imaginar cómo te pondrás cuando estés embarazada.

– Me asusta, aunque no lo creas, ¿me tendrás paciencia?

– Por supuesto, te amo.

– Yo te amo también y mucho.

Nos besamos por unos minutos y después nos sentamos en la cama a desayunar mientras veíamos la televisión. Después ella se bañó y en tanto se vestía yo me bañé también. Cuando estuve listo la abracé por la cintura.



– ¿Qué te parecería ir a andar en bicicleta?

– Me encanta la idea, hace mucho que no lo hago, creo que ya hasta se me olvido.

– Lo que bien se aprende jamás se olvida.



Le di un beso en los labios y después salimos del departamento. Fuimos a un parque cercano donde rentan bicicletas e iniciamos un recorrido, al principio le costó un poco de trabajo, pero después hasta me ganó en una competencia que hicimos. Ambos nos reíamos y estábamos explorando una nueva faceta de nuestra relación, me encantaba que se diera cuenta que no sólo éramos compatibles en el sexo, sino en muchas otras actividades y que definitivamente no era ese el aspecto que nos unía, a pesar de que así hubiera empezado lo nuestro.



Después compré un par de helados y nos sentamos en una banca a comerlos mientras veíamos a la gente que pasaba. Empezamos a contarnos anécdotas de nuestra infancia y nos reíamos como un par de niños, de repente se puso seria y triste, puse mi mano sobre su rostro y le acaricié su mejilla con mi dedo pulgar.



– ¿Qué te sucede corazón? – pregunté preocupado.

– Me acordé de la última vez que mis padres me llevaron a andar en bicicleta.

– ¿Quieres contarme?

– Sí, tenía cinco años y apenas había aprendido a sostenerme sin las ruedas de soporte, mi papá fue a comprar unas paletas y mi mamá se distrajo porque un hombre le preguntó la hora, yo tomé demasiada velocidad y no pude frenar así que me estampé contra un árbol, me abrí la ceja y me fracturé la muñeca, me puse a llorar y a pesar de eso y del dolor me di cuenta como ellos discutieron y se reprocharon el uno al otro por no estar atentos en mí, tres días después mi mamá me dijo que mi padre ya no viviría con nosotros, todavía lo recuerdo bajando las escaleras cargando una maleta, me abrazó y me aseguró que me quería y que eso no tenía nada que ver conmigo, aunque en ese momento yo pensaba que sí, las cosas ya no volvieron a ser iguales, Mi mamá se volvió amargada hasta que años después conoció a su esposo actual, entonces empezó a comportarse como una adolescente y por eso decidí irme a vivir con mi papá, a quien sólo había visto cada quince días los años que viví con ella.

La abracé fuertemente, ella hundió su cabeza en mi pecho y empezó a sollozar, le acaricié su espalda, me afligía tanto verla así, no tenía idea de cómo había sido la separación de sus padres y debió haber sido terrible para ella pensar que tenía la culpa, cuando en realidad había sido porque se les acabó el amor de pareja, tal vez por un mutuo descuido. 



– También por eso tengo miedo, no quiero pasar por lo mismo peter, no quiero tener que explicarle el día de mañana a mis hijos porque su padre y yo no estamos juntos, no quiero ser juzgada ni tener una familia rota.

– Mi amor, a nosotros no nos va a pasar lo mismo – le aseguré separándome para tomar su rostro entre mis manos – nunca permitiré que nuestra relación se enfríe, te conquistaré día a día durante toda la vida, aunque tenga 80 años, siempre te voy a cuidar y a amar.

– Yo también a ti – puso su mano sobre mi mejilla – ayer tuviste tanta razón al decirme egoísta, una relación es de dos y ambos tienen que poner de su parte para que funcione, he sido una tonta todos estos días, exigiéndote cosas que no debía, imponiéndote reglas absurdas sólo por justificar mis temores y tú sí has sido un santo, aceptando sin chistar mis estupideces, hasta que ayer logré sacarte de tus casillas y con toda la razón del mundo.

– No son tan absurdas tus reglas, sólo la tercera, esa sí lo es y mucho – ella se rió y me sentí feliz de haber logrado ese objetivo – tú tuviste mucha razón al pedir sinceridad, te había ocultado muchas cosas, también por miedo, sé muy bien que invadí tu privacidad, que hice cosas nada honorables como hurgar en un celular que no era mío, propiciar “encuentros casuales”, como si fuera un mafioso y en cuanto a los celos, era más que justo que me pidieras que no tuviera esos ataques.

– Yo tampoco debí haber tenido el de ayer, las reglas eran para ambos y yo la rompí.

– Ya te penalizaré por eso – dije con una sonrisa.

– Y con justa razón, aceptaré el castigo que me impongas.

– Cuando lo decida te lo haré saber.



Le besé la frente, la nariz, la comisura de sus labios y luego nos unimos en un beso apasionado, el estruendoso ruido de un trueno hizo que rompiéramos el beso y lali se aferró a mí como si de un salvavidas se tratara

– lali, dijiste que no más pruebas.

– Esto no es una prueba – aseguró mirándome a los ojos.

– ¿Estás pretendiendo romper otra regla? – pregunté arqueando una ceja.

– No la estaría rompiendo… al 100%, no lo haremos en sí, sólo… – respondió sonrojada.

– El oral también es sexo, lali– le aclaré sonriendo.

– Déjame retribuirte tu comprensión, tu paciencia y tu sinceridad.

– No necesitas hacerlo.

– Claro que sí, has sido demasiado bueno conmigo y yo demasiado egoísta contigo, yo también debo poner de mi parte para que esto funcione, no tiene porqué haber más reglas entre nosotros.

– ¿Estás segura?, aún no terminó de contarte toda la historia.

– Estoy segura, lo que sigue ya lo conozco, casi en su totalidad, ahora déjame hacerte feliz – dijo acariciando mi mejilla.

– No quiero que después te arrepientas.

– No lo haré, olvida las reglas, ya me has demostrado suficiente, es hora que yo lo haga también, te amo peter y quiero comprobártelo.

– Yo también te amo, muchísimo.



Me sonrió y volvió a apoderarse de mi cuello, besándolo, lamiéndolo y succionándolo al tiempo que metía su mano por debajo de mi camisa para acariciar mi torso, yo eché la cabeza hacia atrás, mientras sentía como el calor me iba invadiendo. lali me quitó la camisa y comenzó a lengüetear uno de mis pezones, un jadeo brotó de mis labios, había echado tanto de menos sus caricias, mi cuerpo la necesitaba con urgencia, sentía como el pantalón se volvía una cárcel para mi miembro. Puse las manos sobre la espalda de ella, pero se separó.



– No, esto es sólo para ti – reiteró mientras enlazaba sus manos con las mías.



Con sus labios y su lengua fue recorriendo cada centímetro de mi abdomen en tanto mi respiración se elevaba hasta el cielo y el pantalón se había convertido en un verdadero estorbo.



– lali… ya no… soporto – dije con dificultad.

Cap 74


Sonrió de forma traviesa y soltó mis manos para desabrochar finalmente el pantalón y liberar mi miembro que sentía punzar. Se lamió los labios al verlo y lo tomó con una mano, comenzó a deslizarla hacia arriba y hacia abajo, acariciando la punta con la yema de sus dedos, lo que provocó que mis gemidos se intensificaran, sentí su cálida lengua recorrerlo a todo lo largo sin dejar de acariciarlo con su mano, entonces no pude evitar tomar su cabeza entre mis manos, lali comprendió mi movimiento y lo próximo que sentí fue su boca absorbiendo mi erección, el grito de placer no se hizo esperar y ella continuó devorándome de una manera exquisita, acariciándome a la par, proporcionándome un mayor placer, yo no podía parar de gemir ante lo que me estaba haciendo y llegó un momento en el que ya no pude controlarme y comencé a mover mi pelvis para conseguir aún más placer, de pronto sentí que estaba a punto de llegar y se lo hice saber a ella que retiró su cara y siguió acariciándome hasta que terminé.



– Te amo peter – exclamó y me besó en los labios.

– Yo también te amo, no tenías que haber hecho esto.

– Sí tenía, sé que no me engañarías, pero tampoco debo orillarte a hacerlo.

– Ilusa, ya te dije que mi cuerpo no responde a otras.

– No debo tentar a la suerte, te quiero sólo para mí.

– Ya me tienes.

– Y debo de dar gracias y cuidarte, voy a lavarme las manos.



Esa noche me quede a dormir de nuevo con ella, el domingo no salimos, la ayudé a recoger el departamento mientras ella lavaba la ropa, comimos sándwiches y por la tarde le conté más de mi historia, se sorprendió de la solidaridad de eugenia y se avergonzó por pensar mal de ella, la emoción la embargó cuando me escuchó decir lo de la diferencia entre el sexo y hacer el amor así que me besó apasionadamente.



Esa noche sí me fui a mi departamento porque al día siguiente tenía una junta muy temprano, pero no pude dormir bien porque la garganta me empezó a arder, la lluvia hizo estragos en mí y me dio una fuerte gripa, lali me estuvo cuidando y también cayó enferma, esos días terminé de contarle mi historia, al fin ya lo sabía todo, se habían acabado las mentiras y lo único que restaba era seguir viviendo el día a día juntos.



Finalmente ambos estábamos sanos, así que prepararía algo muy especial para pasar la noche después de tantos días de abstinencia, sólo esperaba que ella tuviera las suficientes fuerzas para aguantarme el ritmo.

Abrí la puerta del departamento y me topé con eugenia, quien de inmediato se rió al verme con el delantal puesto, yo la miré serio y cambió su expresión, me dio un beso en la mejilla y entró.



– Que rico huele, ¿qué preparas? – preguntó mientras cerraba la puerta.

– Ravioles entre otras cosas – dije serio.

– ¿Para qué quieres tantas rosas? – inquirió al mirar los cinco enormes ramos que estaban sobre la mesa – ah ya sé, lali, ¿aún no te perdona?

– Si no te hubieras desaparecido tanto tiempo ya sabrías esa respuesta – respondí caminando a la cocina.

– Uy, discúlpame por tener una vida, que humorcito, todavía te tiene a dieta, ¿verdad?

– ¿Hasta cuándo pensabas decirme que con quien tu estás saliendo es pablo? – pregunté ignorando su comentario.

– ¿Cómo sabes eso? – exclamó extrañada.

– Porque hace varios días los vimos en el cine, pero estaban tan acaramelados que ni cuenta se dieron que lali y yo estábamos ahí.

– Esto era lo que quería evitar, tus reclamos, quería que estuvieras listo para comprender la situación.

– ¿Comprender?, ¿de casualidad sabes que engañaba a lali con una de sus supuestas mejores amigas?

– Sí lo sé, él mismo me lo contó, pero eso no tiene nada que ver conmigo, su relación con lali ya había caído en la monotonía, tan es así que ella también tenía otra persona, ¿no es así?

– No es lo mismo eugenia, yo no era su mejor amigo, ni el engaño fue tan prologando y si las cosas se dieron conmigo y lali fue por el descuido de él.

– Pero eras su cliente y te fingiste su amigo sólo para bajarle a la novia, ¿por qué tú a ella sí la justificas?, ¿ella no lo descuido también?, sabes muy bien que una relación es de dos, no toda la responsabilidad fue de él.

– Puede ser, pero él fue quien empezó con la infidelidad.

– ¿Y por qué tú sí puedes pasar por alto que lali haya sido infiel y yo no puedo hacer lo mismo con él?

– Ya te dije que fueron otras las circunstancias.

– ¿Cuáles otras peter?, estaban dentro de la misma relación y tuvieron los mismos motivos para hacerlo, la única diferencia fue la forma en que se dieron las infidelidades y por favor, no me hagas decirte algo de lo que después me arrepienta. 

– Vaya que te tiene loquita, lo defiendes más que a tu hermano.

– ¿Y tú no estás loco por lali?, no seas injusto peter, yo tengo el mismo derecho que tú de salir con quien me sienta a gusto y me haga reír y me complemente, no podemos juzgar a las personas por su pasado, todos nos quedaríamos solos al final, como dicen, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

– Está bien, haz lo que quieras con tu vida.

– Sólo te voy a decir una cosa peter, todos tenemos derecho a equivocarnos, de los errores es de donde se aprende, así que todos merecemos una segunda oportunidad, ojala lo entiendas, luego nos vemos.



eugenia salió de la cocina y me quedé pensando en sus palabras, tenía razón, pero me preocupaba el hecho de que la hicieran sufrir una vez más, su vida amorosa no había sido la más optima y deseaba que al fin encontrara a alguien que la valorara y la hiciera feliz, como se lo merecía, sólo esperaba que otra vez no se equivocara.



Hice los últimos preparativos en el departamento y después salí para ir por lali al suyo. La vi salir de su edificio y sonreí, no hacía tanto frío para que se hubiera puesto un abrigo. Subió al auto y me besó en los labios, me sonrió coqueta y se acomodó en su asiento, arranqué y de pronto puso su mano sobre mi pierna y la fue subiendo lentamente hasta posarla sobre mi miembro que empezó a frotar encima del pantalón.

– lali, ¿qué estás haciendo? – pregunté sorprendido y a la vez fascinado.

– Ya no puedo esperar más peter, te necesito demasiado – respondió mordiéndose el labio – esta vez no traigo pantalón – agregó lamiéndose los labios y pasando sus dedos entre el abrigo para desabrochar el primer botón.

– Estás insinuando que… – dije mientras sentía como mi miembro se endurecía.



Me respondió con una sonrisa sensual en tanto tomaba mi mano de la palanca de velocidades para ponerla sobre su pierna, la fui subiendo haciendo a un lado el abrigo y entonces me di cuenta que era lo único que traía puesto encima de la ropa interior, definitivamente esa era la actitud que adoraba de ella. Desabrochó otro botón y me dejó ver el nacimiento de sus senos, estaba tentándome demasiado, no lograríamos llegar a mi departamento si seguía así. Un semáforo se puso en rojo y se acercó a mí.

– peter hazme el amor ahora, no soporto más tiempo sin sentirte dentro – susurró en mi oreja después de lamerla y me enloqueció por completo.



Di una vuelta vertiginosa que hizo rechinar las llantas y ella se rió, manejé unas cuadras hasta que encontré mi objetivo, un callejón oscuro, de inmediato me estacioné ahí y apagué el auto. Hice el asiento hasta atrás y lali se sentó sobre mí con sus piernas a mis costados, nos besamos con urgencia, nuestras lenguas parecían estar en una batalla campal mientras lali se desabrochaba el abrigo por completo, con la mirada comprobé lo que mi mano había notado, únicamente traía un sensual conjunto de ropa interior, era de encaje color negro que enmarcaba de forma magistral su figura. Me sonrió, llevó sus manos a los lados de su tanga, hizo un movimiento y ésta se abrió dejándome ver la entrada de su paraíso.



– Esta vez sí vine preparada – musitó lengüeteando el lóbulo de mi oreja.

– Eso veo, me fascina que seas así de traviesa.

– Tú lo provocas.



Presurosa me desabrochó el pantalón mientras yo hacía lo mismo con su sostén para comerme sus pezones endurecidos. Puso una de sus manos sobre mi miembro y lo dirigió a la entrada de su centro y sin decir más se lo devoró en un solo movimiento en tanto emitió un gritito al sentir como la llenaba, comenzó a moverse en círculos de manera suprema y me mordía los labios, yo tenía mis manos sobre sus nalgas y se las apretaba, me ofreció su cuello y se lo succioné al tiempo que empezó a subir y bajar provocando un exquisito roce de mi miembro y su muy húmeda cavidad.



– Te extrañé tanto lali – exclamé con la voz entrecortada.

– Yo también a ti, no tienes idea de cuánto deseaba este momento – aseguró lamiéndome los labios.

– No creo que más que yo – aclaré mordiéndole el labio inferior.



Aceleró sus movimientos, apoyando sus manos en el respaldo, a los lados de mi cabeza, los vidrios estaban completamente empañados y nuestros gemidos inundaban el ambiente, nos besamos casi con furia mientras ella incrementaba más la velocidad hasta que segundos después ambos llegamos al orgasmo. Se quedó quieta, con su frente pegada a la mía, sus ojos brillaban llorosos por el placer y puso sus manos sobre mis mejillas.



– Te amo tanto Peter Lanzani, gracias por este momento, ha sido maravilloso.

– Yo también te amo y las gracias te las doy yo a ti por hacerme tan feliz.
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-BUENO CHICAS ESTE ES EL CAP DE AYER Y EL DE HOY. RECUERDEN QUE ESTA NOVE TERMINA EL DOMINGO :)
- OTRA COSA, LES QUIERO DECIR QUE LA SIGUIENTE NOVELA NO ES HOT ( PEVER- ZARPADA- CACHONDA, ETC). OSEA SI TIENE MOMENTOS DE SEXO* PERO NO ES PERVER Y SE LALI CON PITT SE DEMORAN EN TENER *RELACIONE* JAJAJJAJAJ- PERO ES HERMOSA. :) -COMENTEN Y FIRMEN HARTO. LAS QUIERO Y BESITOS. 

lunes, 27 de enero de 2014

CAPITULO 72



Minutos más tarde nos dirigimos a su departamento, accedió a que me quedara a dormir con ella, así que estacioné el auto y subimos. Ambos nos pusimos la pijama, tanto en su departamento como en el mío había ropa de los dos, luego nos acostamos, era la primera vez que dormiríamos juntos después de las nuevas reglas y sería un reto grande el no tocarla, así que le di la espalda y abracé la almohada.



No sé cuánto tiempo pasó, no podía dormir teniéndola al lado y sabiendo que no podía hacerla mía, claro que había sido mi idea quedarme a dormir con ella. De pronto sentí su mano acariciar mi abdomen y apreté la almohada, comenzó a besarme el cuello, ¿estaba dispuesta a romper su propia regla?, mi miembro empezó a reaccionar a sus caricias y sus besos, ¿me estaba tentando a propósito? Me volteé y se me quedó viendo, analizándome, acaricié su cabeza y se inclinó para besarme apasionadamente, le correspondí unos instantes y luego subió en mí, definitivamente me estaba torturando, pero no estaba dispuesto a caer en su juego, ella había sido la que había pedido que no hiciéramos el amor y ahora se tenía que apegar a su dichosa regla. Tuve que recurrir a recuerdos desagradables de mi vida con tal de reunir todo mi autocontrol y rechazarla.



–lali, detente – dije con un hilo de voz tomándola de los hombros y separándola.

– ¿Por qué?, no me digas que no fue esta la razón para quedarte hoy aquí.

– No, fue para llevarte temprano a Nueva York, lali, tú fuiste la que implantó las nuevas reglas, no puedo creer que tú misma quieras romperlas.

– Pensé que sería más sencillo – aclaró acariciándome el pecho con sus dedos.

– Recuerda que dijiste que si rompíamos la tercera regla todo se terminaría.

– Ya me arrepentí, mejor olvidémoslas – exclamó tratando de besarme.

– De ninguna manera, me iré a dormir al sillón – dije sentándome en la cama.

– No, quédate… pasaste la prueba – susurró en mi oído.

– Lo sabía, eres increíble, te gusta verme sufrir.

– Por supuesto que no… perdona mis inseguridades.

– ¿Y por qué no?, si tu perdonaste mis actitudes psicópatas, somos tal para cual – aseguré acariciándole la nariz con un dedo.

– Eso parece – señaló sonriendo – hasta mañana.

– Hasta mañana.

Me acosté y la abracé, lali puso su cabeza en mi hombro, finalmente nos quedamos dormidos minutos después. Muy temprano la llevé a Nueva York y aproveché el viaje para atender algunos negocios. Regresamos por la noche y le conté otra parte de la historia, se sorprendió al escucharla, jamás se imaginó que mi cuerpo no reaccionara ante una mujer y sonrió satisfecha cuando le aseguré que había sido por ella. La dejé en su departamento y después yo me fui al mío, necesitaba desahogarme luego de su pequeña prueba de la noche anterior, así que en cuanto estuve en mi cama, recurrí, cual típico adolescente, a acariciarme yo mismo.



Pasó otra semana en la que no nos vimos por la intensa carga de trabajo que tenía lali, al menos hablábamos por teléfono y nos mandamos mails. El sábado la invité al cine para que se olvidara de tantas obligaciones laborales. Estábamos formados para comprar los boletos cuando se me ocurrió voltear y vi casi al final de la fila a eugenia platicando muy animadamente con pablo.



– No puede ser – exclamé muy sorprendido provocando que lali también volteara.

– No tiene porque seguir cayéndote mal, yo estoy contigo, él ya es parte de mi pasado – dijo tomándome del mentón para que la volteara a ver.

–eugenia se merece a alguien mucho mejor que ese tipo.

–pablo no es malo y ambos se están entendiendo y llevándose bien.

– ¿Tú lo sabías y no me dijiste nada?

– En el evento que te comenté iban juntos, no te dije nada porque eugenia me lo pidió, sabe bien que no lo soportas y quería prepararte antes de decírtelo.

– ¿Así que te aliaste con ella para ocultarme información?, ¿eso no rompe la primera regla?

– Por supuesto que no, la rompería si tú me hubieras preguntado si ellos salían y yo te hubiera respondido que no, el ocultar información no es una mentira, además no podía traicionar la confianza de eugenia ni tampoco me correspondía decirte.

– Siempre logras convencerme y salirte con la tuya – dije abrazándola y frotando cariñosamente su nariz con la mía.

– El hecho de que las cosas entre él y yo no funcionaran no significa que pasará lo mismo con ella, al parecer tienen muchas cosas en común, tú bien sabes que eugenia tampoco ha sido una blanca palomita.

– ¿Y qué paso con la tal Rocio?

– Ya no vive aquí, se mudó de nuevo con sus papás, así que lo suyo terminó.

– Espero que eso sea cierto.

– Por supuesto que lo es, ojala que en un futuro cambié tu opinión sobre él.

– Mientras no la engañe todo estará bien.

– No lo hará, se nota gran empatía entre ambos, eugenia ya me había comentado algo en la boda de mary.

– Ahora comprendo porque se emocionó tanto cuando le tocó el ramo

Después de salir del cine fuimos a cenar y me comentó que el viernes siguiente era la fiesta de la agencia, así que quedé de pasar por ella a las ocho a su departamento. Me quedé impresionado cuando la vi salir del edificio, llevaba un vestido morado, largo y recto, de tirantes y con escote en la espalda, el cabello recogido y el collar y los aretes que le había regalado. Me sonrió y nos dimos un ligero beso en los labios, le hice saber lo hermosa que se veía y me respondió que yo también me veía muy guapo. Le abrí la puerta del auto y subió.



Llegamos al lugar del evento, había una gran concurrencia y lali me estuvo presentando a ciertos invitados, me daba cuenta como se le quedaban viendo algunos tipos y la ira me inundaba, pero sabía que tenía que aguantarme, tenía que recordar la regla número dos, así que respiraba hondo para evitar cometer o decir una tontería que arruinara la noche.



Más tarde un tipo la sacó a bailar, ella titubeó, pero finalmente aceptó, ya que era uno de los dueños de la agencia. Yo me bebí de un trago la bebida que traía en la mano, la otra mano la tenía cerrada en un puño mientras los veía danzar en la pista, el sujeto la miraba de manera lujuriosa, pero, ¿es que ella podría ser tan ingenua de no darse cuenta o simplemente lo estaba pasando por alto?



De pronto una linda chica pasó frente a mí y me sonrió cordialmente, yo le devolví la sonrisa y entonces una idea cruzó por mi mente, si lali estaba bailando, ¿por qué no hacerlo yo también? Así que me acerqué a la chica, que por cierto estaba sola.



– Hola – dije parándome frente a ella y sonriéndole normal, sin coqueteos.

– Hola – respondió con otra sonrisa.

– Linda fiesta, ¿verdad?

– Sí, aunque la verdad yo vengo de compromiso, mi padre es uno de los dueños y pretende que en algún futuro yo la dirija, aunque a mí lo que en realidad me gusta es la pintura, pero él no lo entiende y me obligó a estudiar mercadotecnia.

– Que mal, uno debe hacer lo que le gusta en la vida, no lo que otros te impongan, aunque sean tus padres, por cierto, soy Peter Lanzani, y tú eres… – dije y le tendí mi mano.

–Larissa Gallegos, mucho gusto – respondió estrechándola – ojala mi padre pensara igual que tú.

– ¿Y quién es tu padre?, por cierto.

– Aquel señor que anda bailando con la chica de morado – señaló y me di cuenta que era el que bailaba con lali.

– Mira, que casualidad, la chica con la que baila es mi novia.

– ¿lali es tu novia?, no me lo hubiera imaginado, por eso no te dije su nombre.

– Así es, vengo con ella – nos quedamos en silencio unos segundos – ¿quieres bailar? – le propuse finalmente.

– ¿No se enojara lali?

– No tiene porque, no tiene nada de malo, además ella también está bailando.

– Ok, pero cualquier reclamo de su parte, te echaré a ti la culpa.



Asentí con la cabeza, le sonreí y le tendí mi brazo, caminamos a la pista y comenzamos a bailar, de inmediato lali se dio cuenta y abrió los ojos como platos, lo cual me indicó que los celos la estaban embargando, ella era la que había decidido jugar este juego y poner las reglas, así que ahora le tocaba acatarlas.

Continué bailando con Larissa que estaba un poco nerviosa, pero le dije que se relajara, en tanto yo sentía las miradas asesinas de lali y cuando nuestros ojos se cruzaban le sonreía sarcásticamente, no podía negar que los celos me estaban carcomiendo por dentro, porque a diferencia de mí con Larissa, ese tipo si tenía otras intenciones con lali, se la estaba comiendo con los ojos, sin siquiera importarle que su hija estuviera presente en el mismo lugar.



Después que la melodía terminó le di las gracias a Larissa y me acerqué a uno de los meseros para tomar una copa de champagne. Lali se paró frente a mí y me recorrió la mirada con rabia cruzándose de brazos.



– ¿Te diviertes? – preguntó con sarcasmo.

– Igual que tú – respondí con ironía.

– Eres un cínico peter, nunca cambiarás, ¿verdad?

– ¿De qué estás hablando?

– Ay no te hagas el inocente, por favor, te vi con Larissa.

– Sólo estábamos bailando, al igual que tú y su papá.

– Ahora voltéame las cosas.

– No te estoy volteando nada, ¿qué te sucede lali? – exclamé serio por su actitud.

– ¿A mí?, nada, yo no era la que estaba coqueteando.

– Pues yo tampoco, eres muy injusta lali, me pides que no tenga ataques de celos, pero tú sí puedes tenerlos.

– Yo no te he insultado como tú a mí.

– Ya te pedí perdón por eso, estuve a punto de arrodillarme con tal de conseguirlo, ¿ya se te olvidó?

– Pues si no me hubieras insultado en un principio no tendrías que haber hecho eso.

– Ya te he dicho mil veces que estoy arrepentido, acepté tus reglas para demostrarte lo que siento por ti, yo no soy el que tiene dudas en esta relación, porque desde que te conozco no he hecho otra cosa que locuras con tal de estar a tu lado y sé que cometí un grandísimo error al decirte eso en el aeropuerto, pero creo que he hecho cosas mucho más valiosas que al parecer no tomas en cuenta, te he llevado con mi familia en fechas muy especiales, volé desde Europa sólo para arreglar las cosas contigo.

– Porque me mentiste, lo hiciste para remendar tu error, no volaste porque murieras de ganas de verme.

– Claro, yo soy el malo de esta historia y tú una pobre ingenua que se ha dejado embaucar por mí, ¿sabes algo?, ya me cansé de discutir sin sentido contigo.

– ¿Ahora resulta que esto no tiene sentido?

– Pues no, no lo tiene, desde que te conozco sólo he estado con otra mujer porque me di cuenta de que sentía algo más por ti, como para que tú dudes de mí a estas alturas de la relación, encima me exiges cosas que tú no estás dispuesta a dar, aceptaste que las reglas fueran parejas – de pronto caí en la cuenta de algo al recordar la noche que dormimos juntos – no me vayas a salir ahora con que esto es otra prueba, porque no sé como reaccione esta vez – se quedó callada y miró al suelo – si esto no funciona será por ti lali no por mí… no tengo la paciencia.

– Tienes razón peter, perdóname, no era una prueba, en verdad perdí los estribos, no me gusta verte con otras.

– Tú misma estás rompiendo tus reglas y dijiste que…

– Ssshhh – puso sus dedos sobre mi boca – no lo digas, sé lo que dije y sé que soy una tonta y una insegura, te prometo que no volverá a pasar.

– ¿En qué minuto te volviste así lali?, de las cosas que me gustan de ti es tu seguridad y tu firmeza, ¿qué te está pasando?

– Te amo demasiado, eso es lo que me está pasando, tú te volviste psicópata, yo insegura – respondió pasando sus manos por la solapa de mi saco.

– En serio eres increíble lali – exclamé sonriéndole y moviendo la cabeza – no sé que voy a hacer contigo – agregué tomándola del mentón para levantarle la cara.

– La culpa de todo la tienen las hormonas – argumentó haciendo un puchero.

– Supongo que tendré que acostumbrarme a lidiar con eso.

– Algunas veces… ¿me perdonas?

– ¿Cómo no perdonarte si pones esa carita? – aseguré acariciándole la nariz – pero en verdad, no merezco que me hagas estas cosas lali, no es justo que dudes de mí después de todo lo que he hecho para que estemos juntos.

– Lo sé, mejor ya vámonos para que me sigas contando.

– ¿Segura?, apenas hemos estado un par de horas.

– Sí, no es necesario que estemos más tiempo y lo que ahora me importa más es estar a solas contigo.

– De acuerdo, vámonos.



No hablamos mucho en el camino, creo que cada uno iba analizando lo que había sucedido, me dolía que lali se pusiera en ese plan, pero también debía entenderla, supongo que no es fácil estar tanto tiempo con la misma persona y un día darte cuenta que ambos tenían a alguien más, algo que quizá jamás habían contemplado y si a eso le aunamos que yo no había sido un santo antes de conocerla, hasta cierto punto era normal su actitud, aunque eso de ponerme pruebas si era una exageración, claro que aún no terminaba de contarle mi versión de los hechos, tal vez cuando lo hiciera se le quitaran los temores y las inseguridades.
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bueno chicas esta seguirá así.... solo quedan 7 capítulos así que esta novela termina el domingo porque subiré un capitulo por día y si me atraso subiré el anterior y el que tocaba en el día. el domingo luego del ultimo capitulo de la novela subiré el siguiente al tiro :) chicas firmen harto y besos 

domingo, 26 de enero de 2014

{MARATÓN: 63-64-65-66-67-68-69-70-71}

Cap 63 

pablo también dijo que se iba a dormir y entonces lali le puso de pretexto, para no subir con él, que lavaría los platos, él quiso darle un beso y ella lo esquivó alegrándome. Cuando se escuchó que cerró la puerta, me acerqué y le agradecí su ocurrencia, la besé y luego caminamos a la cocina tomados de la mano.



Empezó a lavar los platos y le pedí que me contara sobre ella, estaba seguro que aún ignoraba muchas cosas de su vida, entonces me pidió que primero le contestara una pregunta y acepté, me cuestionó la razón por la que tenía esos encuentros en lugar de ligarme a alguien de forma tradicional, cosa que sí había hecho alguna vez y le expliqué brevemente que un amigo me había involucrado en esa sociedad secreta y que me había gustado el rollo de los desconocidos, así que aproveché para preguntarle quién le había dado mi teléfono, eso me había inquietado desde un principio y me contó que fue una chica en un bar a la que casi ni recordaba, yo no tenía idea de quien pudiera tratarse, pero, le agradecía su imprudencia porque eso me había llevado a conocer a lali.



También le pregunté el por qué me había llamado la primera noche y me respondió lo que ya sabía, que era su cumpleaños y estaba sola, otra razón para odiar a pablo, aunque a la vez debía agradecérselo, porque su abandono fue lo que hizo que ella me buscara. Se molestó cuando le comenté que no imaginaba quiénes estaban involucradas en la secta y me dijo que se le revolvía el estómago de imaginar con cuantas había estado, así que la abracé por detrás.



– ¿Ahora entiendes lo que yo siento al pensar que pablo pueda tocarte?

– No es lo mismo, él es mi novio.

– A eso precisamente me refiero, ustedes han hecho el amor, sé que suena trillado, pero es la verdad, yo sólo he tenido sexo con esas mujeres, ninguna había significado nada – ella me había hecho conocer esa diferencia – hasta que tú apareciste una noche y me cambiaste la perspectiva de todo – agregué.

– ¿Entonces no soy una más?

– ¿Y todavía lo preguntas?, jamás había roto las reglas lali, sabía perfectamente que esas mujeres estaban con otros de la misma forma que conmigo, así que ninguna valía la pena, pero contigo fue muy diferente, por eso no te dije la última regla, desde un principio supe que no le darías mi teléfono a nadie, así que no era necesario decirla.

– ¿Y ahora qué va a pasar?

– Lo que tenga que pasar, lo único que debes saber es que no dejaré que salgas de mi vida – la quería para mí – y espero que el que salga y pronto de la tuya sea él, no quiero compartirte con nadie – guardé silencio unos segundos – y menos con él – que era un bastardo mentiroso.

– ¿Por qué lo dices de esa forma?, ¿tú sabes algo de pablo que yo desconozca?

– No, me gustaría para que de una vez por todas lo dejaras, pero no sé nada, mejor olvidémonos de él y aprovechemos estas horas juntos.



Por supuesto que le conocía el historial al tipo, pero no consideré que fuera buena idea el que precisamente fuera yo quien se lo dijera, los unía una amistad de años y aunque me doliera, lali le tenía un gran cariño y no sabía si me creería, tal vez pensaría que lo estaba inventando por mis celos, lo único que me quedaba era esperar a que ella se diera cuenta, él no era demasiado discreto que digamos y estaba seguro que en cualquier momento cometería un error.



Comenzó la seducción a través de los platos, el jabón y nuestras manos rozándose, yo pegaba mi cuerpo al de ella que reaccionaba de la misma manera provocando que la excitación se hiciera presente y aumentara vertiginosamente. La acaricié con las manos mojadas y sentí como se estremeció, me fascinaban todas y cada una de sus reacciones, que se dejara llevar, que nos permitiera experimentar otras formas de entregarnos, sin importar la hora ni el lugar.



La llevé a la mesa y le hice el amor por segunda vez en ese día, es que jamás me cansaría de su cuerpo, al contrario, con cada ocasión la deseaba con mayor fuerza, sus besos me embriagaban, su aroma me enloquecía, la textura de su piel me encantaba y sus gemidos era una deliciosa melodía, yo se los provocaba y sabía que era el único que podía hacerla sentir así, en las nubes, en el paraíso mismo donde ambos nos elevábamos cada vez que nuestros cuerpos se fundían.



Alcancé a taparle la boca para apagar un poco su grito al alcanzar el éxtasis total que logramos juntos. Volví a besarla mientras ella me acariciaba, luego la abracé con fuerza, como si quisiera que nos volviéramos uno solo y después le acaricié sus mejillas al tiempo que frotaba mi nariz con la suya, algo que jamás había hecho con nadie.



– ¿Qué me hiciste lali?, que me tienes todo hipnotizado.

– Lo mismo que tú me hiciste a mí, porque yo estoy igual que tú.



Esa frase me confirmaba que ella sentía lo mismo que yo y era lo mejor que me había pasado en la vida, ella había sido la única en abrirse paso en mi corazón y yo también había logrado entrar al de ella, sin lugar a dudas nos pertenecíamos y era algo realmente supremo.



El momento mágico se rompió cuando alguien encendió la luz de la sala, rápidamente me subí el bóxer y el pantalón, mi corazón se aceleró, pero esta vez de nervios y pánico, si era pablo definitivamente se desencadenaría una tremenda riña, su orgullo de macho estaría completamente herido al descubrir que su novia hacía el amor con alguien más, alguien que fingía ser su amigo. Afortunadamente fue eugenia la que entró a la cocina y entonces volví a respirar tranquilo, tomó la situación con humor y le aclaró a que no tenía de que preocuparse y le confirmó que entre ella y yo sólo había una gran amistad.

lali estaba sumamente avergonzada, pero le expliqué que no habría ningún problema con eugenia, entonces decidió ir a acostarse, le rogué que se quedara conmigo, pero no aceptó, sus argumentos eran válidos y corroboré lo que ya había pensado, ella no quería que su reputación quedara manchada ni quería herirlo tampoco, entonces la hice prometerme que lo dejaría lo más pronto que pudiera y la dejé ir, aunque el hueco que sentí en el pecho fue inmenso.



Al día siguiente no tuvimos oportunidad de estar a solas, muy temprano fui a entregar el auto y al regresar pedimos un taxi para que nos llevara al aeropuerto, ahí nos despedimos y sentí una gran tristeza al separarme de ella, pasarían muchos días hasta volver a verla y tenerla conmigo. Le acaricié su mano y le di un pequeño beso en la mejilla, en verdad esperaba que la próxima vez que estuviéramos juntos fuera sólo mía.



Mientras eugenia y yo esperábamos para abordar el avión entramos a una joyería porque ella quería ver los relojes, yo empecé a mirar, sólo por curiosidad y de pronto me topé con un hermoso conjunto de aretes y collar en forma de corazón, eran el regalo perfecto para lali, así que no dudé en comprarlo, se lo daría como regalo de cumpleaños atrasado.



Cuando llegamos al aeropuerto tomamos un taxi para que nos llevara a buenos aires y nos dejó en el departamento de eugenia, le pedí una hoja y una pluma, le escribí una nota a lali y la coloqué dentro de la caja del collar.



– Por favor, ¿puedes envolver esto y mandárselo a lali? – le pedí entregándole la caja.

– Claro, pero, ¿por qué no se lo das tú?

– Mañana me voy temprano a Londres y regreso hasta la boda de mary, así que mándaselo el miércoles, pero, sin remitente, quiero sorprenderla.

– Ok, yo se lo mando ese día.

– Muchas gracias, te quiero amiga – dije y la abracé.

– Yo también te quiero peter y en serio estoy muy feliz por ti, hacen una bonita pareja y se ve que ella también te adora, espero que pronto deje a pablo.

– Me aseguró que en estos días terminaría con él.

– Es lo mejor para todos, ¿sabes?, ahora que tuve la oportunidad de platicar con él me di cuenta que tenemos muchas cosas en común.

– No me digas que te gusta ese idiota.

– No lo llames así, el que ande con la mujer que quieres no significa que sea un idiota.

– Vaya, veo que sí te gusta, pero, no creo que te convenga.

– Basta, yo he respetado tu relación con lali, no tienes porque hablar mal de él, ¿ok?

– ¿Tan pronto ya lo estás defendiendo?

– Estoy cansada y me quiero bañar, suerte en tu viaje, seguimos en contacto.

– Ok, luego nos vemos – no quise decirle lo que sabía de él, seguro no volvería a verlo.





Llegué a Londres y me instalé en el hotel, le envié un correo electrónico a mary para que me diera el de lali ya que en la investigación no venía. Al día siguiente fui al terreno donde ya estaban construyendo el nuevo hotel de mi empresa y estuve ahí la mayor parte del día, supervisando. Mi hermana seguía sin responderme el mail y le envié otro más, estaba desesperado por tener contacto con lali, pero debía entender que mary andaba ocupada con los arreglos de su boda. Finalmente me respondió el miércoles por la noche y de inmediato le escribí a lali y le pregunté si tenía web cam, para, al menos, jugar un poco mientras estábamos separados.



El viernes me sentí inquieto todo el día, como si tuviera un mal presentimiento de que lali la estaba pasando mal, así que le llamé y no me contestó, eso me preocupó demasiado, no podría resistir que algo malo le sucediera, esta vez no encontraría la fuerza suficiente para sobrellevarlo, definitivamente no podría vivir sin ella..

Cap 64 

Ya era lunes y me encontraba en el aeropuerto de Londres, no tenía ninguna noticia de lali, no había respondido mis mails ni había podido comunicarme con ella durante todo el fin de semana y mi preocupación había aumentando considerablemente, de sólo recordar lo que había pasado con Noelia mi corazón se desgarraba y sabía bien que no podría volver a vivir lo mismo, esta vez sí moriría, así que me regresaría a buenos aires para corroborar que lali estuviera bien.



Hice un último intento de llamarle mientras hacía fila para comprar el boleto y afortunadamente me respondió, mi corazón latió nuevamente tranquilo al escuchar su hermosa voz, le hice saber sobre mi preocupación y mi decisión, me dijo que no era necesario que viajara, después me complació el escuchar que ya había comprado la web cam, otra de las cosas nuevas y diferentes que experimentaría con ella.



Regresé al hotel y cené, después subí a mi habitación y miré un poco de televisión, luego me dormí un rato para hacer tiempo a que fuera de noche en buenos aires y poder, al fin verla, aunque fuera por una simple cámara. El despertador sonó y me levanté de la cama, me conecté a la red justo a la hora que habíamos quedado y ella ya estaba conectada, de inmediato la saludé y después ambos pusimos nuestras manos sobre la pantalla del notebook, como deseaba estar junto a ella y poder tocarla realmente. Le propuse mi juego y casi al instante aceptó.



El verla acariciarse mientras la guiaba era una extraordinaria experiencia y lo suficientemente excitante para que yo me acariciara también, aunque deseaba que fuera su mano la que estuviera sobre mi erecto miembro en lugar de la mía. La vi llegar al orgasmo y yo conseguí el mío segundos después en tanto la miraba con sus ojos cerrados y como su pecho subía y bajaba por lo descontrolada que se encontraba su respiración. Me dijo que se lavaría las manos, yo me subí el pantalón y fui a lavar las mías también. Al cabo de pocos minutos estábamos de nuevo frente a frente.



– ¿Cómo te sientes? – pregunté mientras me acomodaba en la silla.

– Relajada – respondió con una sensual sonrisa.

– Me encanta haber contribuido con eso – entonces deseé saber si ya había cumplido con su promesa – lali, no quiero arruinar el momento pero necesito saber algo que me está quemando – no podía imaginar que no la cumpliera aún – ¿ya terminaste con él? – pregunté serio.

– Sí, descubrí que andaba con otra, curioso, ¿no?, ambos vivíamos en una mentira.

– Lo sabía, por eso no quería que te tocara – exclamé sin pensar debido al entusiasmo que me dio al escuchar la noticia de su ruptura.

– ¿Qué dijiste?, ¿tú sabías que pablo tenía una amante? – dijo totalmente desconcertada – ¿cómo lo supiste? – añadió en tono de enfado.

– Un día lo vi en un restaurante, pero él no se dio cuenta.



Tuve que mentirle de nuevo, odiaba hacerlo, pero aún no sabía si podría ser capaz de entenderme, debía reconocer que mi comportamiento con ella en un principio era frío y en ocasiones hasta cínico, porque no sabía bien cómo manejar esto, en cierto modo era nuevo para mí, así que no le había dado muchos indicios de mis sentimientos hacia ella, además la forma en la que me había enterado era poco honorable, hurgando en algo tan personal como lo es un celular, otro delito más a mi lista de actitudes psicópatas.



Empezó a recriminarme y con toda la razón, así que le dije un par de verdades y se molestó más, al grado que se desconectó sin despedirse. Inmediatamente tomé mi Nextel y le marqué, pero cortó la llamada sin contestarme, volví a marcarle y me respondió el buzón, seguramente lo había apagado y mi corazón se oprimió, entonces comprendí que si supiera que la había mandado investigar no me lo perdonaría, eso debía callármelo para siempre.



Opté por enviarle mails pidiéndole perdón de mil formas diferentes, explicándole más detalladamente mis motivos, agregándole frases que busqué en la red. Ahora no sabía si había sido buena idea callármelo, es que no era posible que ese imbécil todavía le estuviera haciendo sombra a nuestra relación y que hubiéramos discutido por su culpa.



Derrotado y casando me fui a acostar, tenía que levantarme tres horas más tarde para ir al aeropuerto por uno de mis socios que llegaría para la junta que tendríamos dos días después. De pronto, una idea cruzó por mi mente, lali y yo no podíamos estar enojados hasta que yo regresara, no tenía idea si era rencorosa y quizá ya no querría ir conmigo a la boda de mary, así que me levanté de nuevo y busqué por internet un boleto de avión para el primer vuelo que saliera rumbo a buenos aires, después de una exhaustiva búsqueda encontré uno, pero, tendría que esperar un día y de inmediato lo compré.



Fui por mi socio y mientras nos dirigíamos al hotel le dije que tenía que regresar a Argentina por un problema familiar y que no me sería posible estar presente en la junta, afortunadamente, me dijo que no habría ningún problema y no me pidió detalles. Esa noche no pude dormir bien, así que tomé una hoja y empecé a escribirle a lali lo que sentía por ella, esperaba que eso funcionara para que me perdonara.







“Tienes razón en pensar esas cosas de mí, no puedo pedir tu confianza cuando soy el primero que la traiciona, pero no tienes idea de lo que siento por ti, es mucho más fuerte que yo y me asusta, porque aun sin conocerte demasiado te has metido hondo en mi corazón y no sé qué sería de mí si tú no sintieras lo mismo, ­­lali­, hace mucho que rompí la tercera regla, incluso antes que las otras dos, eres lo más importante para mí y estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de demostrártelo.

Tuyo por siempre

Peter Lanzani”



Si supiera que rompí la tercera regla casi desde el primer día que la conocí, que mi corazón late con más fuerza tal sólo al pensar en ella, que su pañoleta la llevaba conmigo a todas partes y que ahora la tenía debajo de mi almohada con tal de sentir su presencia, de embriagarme en su aroma, sí, era demasiado fuerte lo que sentía por ella, me había enamorado completamente sin poder evitarlo, sin saber cuándo ni cómo, simplemente lali se había convertido en mi razón para existir y me asustaba ese hecho, me daba miedo que ella no me correspondiera y más que nada, que pudiera perderla, prefería mil veces perder un negocio y millones de dólares antes que quedarme sin ella.



Quería sorprenderla no sólo con mi presencia, sino con algo más, pero no se me ocurría que podría comprarle, las flores eran algo tan trillado y es lo más típico que se regala cuando se quiere obtener el perdón, yo debía ser original, que se diera cuenta de mi esmero con tal de que olvidara lo que había sucedido.



Me encontraba ya en buenos aires, iba en un taxi que me conducía a su trabajo, en un semáforo en rojo me dio por voltear del lado derecho y vi en el aparador de una juguetería un hermoso y enorme oso de peluche, entonces le pedí al taxista que se orillara para poder bajar y a regañadientes lo hizo porque estábamos del otro lado de la calle. Me bajé rápidamente y compré el oso, el taxista se molestó más cuando lo puse en el asiento de adelante, a su lado, así que le dije que le pagaría el doble de la tarifa y fue cuando se le paso un poco el enojo.



Fui el blanco de todas las miradas al entrar al edificio cargando el enorme oso, pero, no me importó. Mientras me registraban, saqué el sobre que tenía la nota que le había escrito y anoté encima “Léeme por favor”, el oso sería mi emisario.



– ¡Qué hermoso detalle!, sin duda su novia es muy afortunada – dijo una de las recepcionistas en tanto yo caminaba al elevador.



Ese comentario me llenó de alegría, lali mi novia, sí, al fin ya no había ningún impedimento para que fuera así y seguro se derretiría en cuanto viera su regalo y me perdonaría. Mientras subía el ascensor se incrementaban los latidos de mi corazón ante el hecho de tenerla nuevamente frente a mí y estaba sumamente nervioso, ¿y si el regalo no funcionaba y no me perdonaba?, no importaba, ya encontraría otra forma de hacerla cambiar de opinión.



Me bajé en el piso de la agencia y caminé rumbo a su oficina, a mi paso fui escuchando murmuraciones, todos estaban sorprendidos y se preguntaban para quien era el oso hasta que vieron que me paré fuera de la oficina de lali, se quedaron callados, afortunadamente tenía la puerta abierta y coloqué al oso frente a ésta y toqué escondiéndome para aguardar a que leyera la carta. Escuché como sacaba la hoja del sobre y la desdoblaba, me paré bajo el marco de la puerta y la vi leyendo con una expresión indescriptible en su rostro.



– Perdóname por favor, nunca fue mi intensión herirte, pero cuando se trata de ti pierdo la perspectiva de todo, no puedo pensar coherentemente, se me ocurren las más extrañas locuras, por eso estoy aquí, no me importó faltar a la junta de socios con tal de venir a aclarar las cosas contigo – le expliqué mientras ella seguía con la cara clavada en la carta.

– Por mí puedes regresarte a tu junta – exclamó dándome la espalda sin mirarme – yo también tengo mucho trabajo – agregó seria y casi me da un infarto al escucharla, quizá la había subestimado y sí era rencorosa.

– No me digas eso lali, por favor, si tú no me perdonas lo demás ya no importa – dije abrazándola y pegándome a su cuerpo, de inmediato noté su tensión al sentirme – ya perdóname, ¿sí corazón? – musité en su oído asegurándome que mi aliento se colara por él.

– ¿No más mentiras ni engaños?

– Te lo prometo – aseguré y así sería en adelante.



Se giró y nos besamos desesperadamente, con urgencia, mientras le acariciaba la espalda y ella deslizaba sus dedos por mi cuello, sentí como mi miembro empezó a despertar ante el contacto de nuestros cuerpos, pero, el grandioso momento fue interrumpido por su jefe.



Me presenté con él, me reconoció y me miró con desconfianza, me dio la impresión de que yo no le caía muy bien. Me asomé después de que salió de la oficina y cuando me aseguré que había entrado al ascensor, cerré la puerta de la oficina y le puse el seguro para que nadie nos interrumpiera, no podía esperar un segundo más para hacerle el amor.



– Tengo que terminar unos pendientes – objetó lali, aunque no muy convencida.

– Este es el más importante, todo lo demás puede esperar.

Cap 65 

Nos besamos nuevamente, tan ávidos y frenéticos como minutos antes para culminar haciendo el amor de una forma presurosa, pero no por eso menos satisfactoria. Después que terminamos tomé su rostro con mis manos y bromeé con ella, diciéndole que la haría enojar más seguido sólo para poder reconciliarnos de esta manera, ella me advirtió que quizá la próxima vez no sería así.



– Te amo lali, te amo – le dije finalmente, ya no podía callarlo más.

– Yo también te amo peter – respondió haciéndome sumamente feliz.



Otra vez nos fundimos en un beso, pero esta vez sin segundas intenciones, cargado de emoción, de ternura y porque no decirlo, de amor, ambos nos queríamos y esa era una manera de demostrarlo, después nos abrazamos fuertemente y de pronto ella se separó y me miró un tanto asustada señalando el hecho de que no había usado condón esta vez, lo había olvidado, no me había llevado ninguno a Londres porque sabía muy bien que no los necesitaría y a decir verdad, no me importaba si la embarazaba, porque sería el fruto de nuestro amor y así se lo hice saber, aunque no exactamente con esas palabras porque el miedo seguía presente en su cara, tal vez no se sentía preparada para eso y le afirmé que seguiría usando si eso la tranquilizaba.



Me preguntó cuando regresaba a Londres y no me gustó para nada su comentario ni el tono de su voz cuando le expliqué los motivos por los cuales estaría sólo un par de días en buenos aires.



– lali, yo no te voy a dejar sola, ¿ok?, siempre he sabido administrar mi tiempo y debes creerme cuando te digo que nada es más importante que tú, nunca, grábatelo bien, nunca mis negocios han estado por encima de las personas que quiero, tengo todo planeado y organizado para poder pasar el fin de semana entero en Miami para la boda de mary, a la que tú me vas a acompañar, por cierto.



Le expliqué y una traviesa sonrisa se dibujó en su rostro y me respondió que no sabía si iría, así que le comuniqué que estaría ahí sin importar como, entonces aceptó acompañarme, pero agregó que la dejara trabajar. Yo aproveché para llamar a Londres y revisar mis mails en el movil, había algunos urgentes y los respondí.



Como hora y media después salimos de su oficina, ella me tomó una foto cargando al oso mientas se reía, me encantaba verla así de contenta, adoraba su sonrisa. Le pregunté si podía quedarme en su departamento, ya que eugenia me había enviado un mail pidiéndome permiso para quedarse en el mío porque habían fumigado el suyo, así que no era opción ir ahí porque no quería que nada nos interrumpiera estos días que estaríamos juntos, sabía que sería poco el tiempo que compartiríamos porque lali estaba trabajando y yo quería que esos momentos fueran perfectos.

Al llegar al departamento dejé el oso en su habitación y después me dijo que no tenía nada para cenar, así que le sugerí que pidiera una pizza, mientras lo hacía yo le besaba el hombro por encima de la blusa, pero ella me hacía gestos para que me detuviera porque no se podía concentrar en hablar por teléfono. Cuando me dijo que llegaba en media hora le indiqué que era tiempo suficiente.



– Eres insaciable peter, ¿te tomas algo?

– Tú eres mi mejor estimulante y esta noche lo único que quiero es hacerte feliz, amarte como mereces – respondí, a decir verdad me tomaba unas vitaminas, que aunque no fueran estimulantes sexuales, me ayudaban.



La despojé de su blusa y de su sostén, mi lengua impaciente recorrió uno de sus senos y jugueteé con su pezón, mordiéndolo y succionándolo, después hice lo mismo con su otro seno en tanto mis dedos se abrían paso por su centro que se humedecía poco a poco y sus gemidos se dejaban escuchar. Bajé lamiendo por su abdomen, me entretuve en su ombligo y luego le quité el resto de la ropa, dejándola completamente desnuda. Le abrí las piernas para sumergir mi cabeza y mi lengua fue recorriendo su cavidad, sus paredes y su clítoris que lamí y saboreé como el mejor de los manjares.



– Oh, peter, ah, – exclamaba lali estimulándome a seguir.



Era tan fascinante escucharla decir mi nombre con la voz entrecortada, así que continué dándole placer hasta que sentí que llegaba al orgasmo y bebí sus líquidos como si se tratara de una ofrenda de su parte mientras la escuchaba chillar por el intenso momento que estaba experimentando.



Llegó la pizza y cenamos mientras veíamos televisión, después ella se fue a lavar los platos y al regresar se sentó en mi regazo y fue besándome el cuello, excitándome, entonces la cargué y la llevé a la habitación. Le hice el amor luego de recorrer su cuerpo con besos y caricias, al terminar me acosté a su lado.

Después de que lali subió al taxi para ir a trabajar, regresé al departamento y me dormí, necesitaba recuperar las energías que había gastado de manera exquisita la noche anterior con ella. Desperté justo a tiempo para ponerme de acuerdo con ella y encontrarla para almorzar juntos. Me di una rápida ducha y me dirigí al restaurante que me indicó. Otra cosa se agregaba a la lista de lo que nunca antes había hecho, pedí una mesa sobre la acera, por lo regular pedía en un discreto rincón, pero ahora no tenía nada de que ocultarme, por el contrario, quería que todo el mundo se diera cuenta de lo feliz que era con mi lali.



– ¡Peter Lanzani! – escuché una voz femenina exclamar y levanté la vista que tenía clavada en el menú – no lo puedo creer, ¿qué haces aquí? – agregó y me levanté para saludarla al reconocerla.

– Esperando a mi novia – respondí extendiéndole la mano y nos dimos un beso en la mejilla.

– Es una broma, ¿verdad? – exclamó incrédula riéndose.

– No, hace un par de meses que tengo novia… formal.

– ¿En serio ha sido cazado el irresistible Peter Lanzani? – dijo subiendo sus manos por mi pecho – es una verdadera lástima, aunque – se lamió los labios – eso no es impedimento para que tú y yo algún día volvamos a divertirnos, como en los viejos tiempos – añadió acercándose peligrosamente a mí y giré la cara para evitar que me besara en los labios.

– Buenas tardes – escuché la voz seria de lali decir.

– Corazón, al fin llegas – dije feliz y la tomé de la mano para luego besarla en los labios, quería que quedara muy clara mi relación con ella – mira, te presento a una vieja amiga, Amanda, ella es Mariana Esposito, mi novia.

– Mucho gusto – respondió Amanda sin extenderle la mano.

– Igualmente.



Amanda agregó un comentario bastante desagradable y después me dio un beso en la mejilla de despedida, en seguida noté como lali se enfureció más y tuvo toda la intensión de, ¿golpearla?, ¿sus celos podrían llegar a tanto?, quizá era tan psicópata como yo. Traté de tranquilizarla, pero seguía reclamándome, a pesar de mis explicaciones.



– lali, hace mucho que dejé de estar con otras mujeres – mi cuerpo ni siquiera respondía a otras – grábate esto muy bien aquí – señalé su sien con mi dedo – y aquí – señalé su corazón – la única que me importa eres tú, a la única que quiero es a ti, con la única que me interesa compartir mi cama es contigo – musité en su oído y la abracé – aunque para serte sincero, me da gusto que esto haya pasado, porque tus celos me demuestran cuanto me quieres.

– ¿Y todavía te atreves a dudarlo?

– No, pero me encanta confirmarlo – aclaré y la besé.

– ¿De verdad no ibas a dejar que te besara?

– Por supuesto que no, te lo juro, entiendo tu desconfianza, pero si de algo debes estar segura es que jamás te engañaría, no tengo ninguna necesidad de hacerlo, ya vamos a comer, anda.

Cap 66 

Nos sentamos y en tanto nos llevaban la comida, lali me contó lo que le había dicho su jefe sobre mí, indudablemente el mundo era un pañuelo, jamás me imaginé que él fuera familiar de una de las chicas con las que salí. Entonces opté con aceptar mi realidad frente a lali, le expliqué que en efecto era así, pero que había cambiado por ella, que ya ni siquiera tenía el celular al que me llamaba cuando éramos un par de desconocidos y le di el número de mi blackberry.



Cuando terminamos de comer la acompañé a su trabajo. Había decidido prepararle algo especial para la cena, así que fui a comprar todo lo necesario, incluido un hermoso arreglo de alcatraces, que coloqué en la mesa al igual que los cubiertos para dos personas. Me dirigí a la cocina y me puse manos a la obra. En cuanto terminé fui por ella a la oficina y al regresar la sorprendí gratamente, ya que no se esperaba que yo preparara la cena ni mucho menos que supiera cuáles eran sus flores favoritas.



Le serví y hablamos mientras comíamos, le comenté mis planes de llegar desde el viernes a Miami para el ensayo de la boda de mary, ya que era el padrino, ella hizo un comentario gracioso sobre que era mi novia y después me cuestionó el por qué le había dicho eso a amanda y luego de una serie muy divertida de preguntas que nos hicimos ambos para no dar una respuesta concreta le expliqué que aunque no se lo hubiera preguntado así la consideraba.



Me hizo saber sus temores sobre lo que mi familia pensaría de ella por no ser de mi nivel económico, esas eran patrañas, ella era mucho mejor en todos los aspectos que cualquier niña mimada de sociedad, caprichosa y berrinchuda. lali era toda una mujer en el sentido extenso de la palabra, trabajadora, entregada, comprometida, me había dado cuenta de esas virtudes en el desfile de mary, así que aunado a su belleza y a su sensualidad la colocaban muy cerca de la perfección y era mía, por fin podía decir que era sólo mía y, que al igual que yo, mi familia la adoraría, porque si algo nos habían inculcado mis padres era a no tener prejuicios y tanto ellos como mis hermanos eran las personas más cálidas, amables y amorosas que existían en el mundo y estaba seguro que no le pondrían ningún pero a mi lali. además, ya la conocían.

No la dejé lavar los platos, quería consentirla y mimarla un poco, al día siguiente regresaría a Londres y pasaría un mes completo alejado de su lado, así que estas horas las haría mágicas para ella. Había terminado de lavarlos cuando sonó mi blackberry y me sorprendió sobremanera ver que era ella, “¿qué tenía en mente mi ángel seductor?”, pensé mientras sonreía y le contesté.



– ¿Estás libre esta noche? – preguntó con ese tono sensual que tanto me gusta.

– La verdad no, estoy en casa de mi novia – respondí siguiéndole el juego.

– Es una verdadera lástima – exhaló de manera excitante – ardo en deseos de verte, acariciarte, besarte, desnudarte, recorrer tu cuerpo.

– Uf, no sigas que me harás hacer algo que no quiero – dije mientras sentía como mi miembro empezaba a endurecerse sólo de escuchar sus insinuaciones.

– Vamos, no tiene porque enterarse tu novia… además lo prohibido es más excitante, ¿no crees?

– Definitivamente – y con ella podría probar todo lo prohibido que existiera.

– Me han dicho que eres un dios en la cama y me encantaría comprobarlo y por tu tono creo que no exageraron, tienes una voz endemoniadamente sensual, has despertado más mi deseo por ti.

– ¿En serio piensas que mi voz es sensual?

– Demasiado – exhaló de nuevo – mi cuerpo ha empezado a – hizo un extraño ruido incitador – alterarse sólo de escucharte.

– Tu voz también es muy sexy, ¿así eres tú?

– ¿Por qué no vienes y lo compruebas por ti mismo?

– Está bien, ¿cómo te reconozco?

– Sólo traigo puesto un abrigo negro.



Escuché que colgó y salí de la cocina, la miré parada bajo el umbral de la puerta del dormitorio, mirándome sensualmente en tanto se lamía los labios, me encantaba que fuera así, atrevida, sugerente, traviesa, entonces recordé las palabras que me había dicho mi tío años atrás:



“¿Quieres saber el éxito de un matrimonio?, la fidelidad, que tu pareja pueda ser tu esposa y tu amante a la vez y para encontrarla tienes que conocer a muchas mujeres hasta que encuentres a la que tenga esa cualidad”.

Sin duda alguna lali la tenía, se mostraba de una forma ante la gente y su lado pasional y sensual sólo me lo mostraba a mí y no es que fuera hipócrita, simplemente reservaba esa parte para los momentos íntimos que compartíamos como el que a continuación seguiría.



Hicimos el amor jugando a los desconocidos, recordando nuestros primeros encuentros, cuando ignorábamos el rumbo que tomarían, que se convertirían en algo mucho más poderoso que sólo sexo, que se transformarían en un profundo e inmenso amor, aún sin conocernos demasiado, pero, ¿quién dijo que para amar a alguien había que conocerle por completo?, con lo que sabía me bastaba para adorarla, para querer compartir mi vida con ella y se lo manifesté.



– Al demonio con las reglas, me fascinas lali, me vuelves loco y cada vez tengo más ansias de ti – musité en su oído abrazándola.

– Tú también me enloqueces como nadie peter, te amo – sonreí al escuchar esas dos palabras, mi corazón brincó de gusto y emoción.

– Yo te amo más – le aseguré y la besé.



A la mañana siguiente seguimos con el juego, sonriente aceptó que nos bañáramos juntos y lo hicimos lentamente, entre besos y caricias furtivas, enjabonando mutuamente nuestros cuerpos y después la vestí y ella a mí, como si fuéramos niños pequeños, definitivamente ella podría ser mi esposa y mi amante, era la primera vez que pensaba en el matrimonio y podía visualizarme llevándola al altar y compartiendo una vida juntos, llena de amor y aventuras.



Desayunamos casi en silencio, un tanto angustiados porque se avecinaba la separación, deseando que el tiempo pasara velozmente para poder estar juntos de nuevo. Tomamos el mismo taxi y nos dirigimos a su oficina, la acompañé a la entrada del edificio y nos besamos, después nos abrazamos fuertemente.



– Te amo lali, te voy a extrañar mucho.

– Yo también te amo y te extrañare, pero me consuela el hecho de que podremos vernos por la web cam.

– Tienes razón, así no será tan tortuoso estar alejados, cuídate mucho por favor.

– Tú también, pórtate bien, ¿sí?

– Eso ni siquiera tienes que mencionarlo, la única con la que me puedo portar mal eres tú – respondí frotando su nariz con la mía y le di un corto beso en los labios.

Subí de nuevo al taxi y me llevó al aeropuerto. Llegué a Londres y cumplí con mis compromisos laborales y sociales. mary estuvo cinco días conmigo y le conté que lali y yo ya éramos novios, me abrazó emocionada y me felicitó por haber decidido finalmente rehacer mi vida amorosa, no era mi intención francamente, el destino hizo de las suyas y me colocó frente a la mujer que me transformaría en lo que ahora era.



Una noche tomé papel y pluma, la inspiración me había llegado y escribí la canción para la boda de mary, recordando la plática que habíamos tenido aquella vez que anunció su compromiso, aunque debía reconocer que me había inspirado en lali y nuestra historia, junto a ella no había ningún camino que no pudiera recorrer, sentía que mi pecho podía estallar de todo lo que sentía por ella y no buscaba ninguna explicación para eso, nuestro amor era real y seguro.



Otra noche nos encontrábamos frente a la web cam y de inmediato noté su cara de angustia, jugaba con sus manos y evitaba mirarme, me sonreía, pero sus ojos lucían apagados.



- lali, ¿qué te sucede? – pregunté preocupado.

– Nada, ¿por qué? – respondió evasiva.

– Porque estás visiblemente nerviosa y asustada, ¿qué pasa?, dímelo con confianza.

Cap 67 

– Es que – guardó silencio y se mordió el labio – peter… tengo un retraso, debí tener mi período un día después que te fuiste, ya han pasado diez y nada…

– ¿Eso significa que puedes estar embarazada? – exclamé sorprendido.

– Sí… no nos cuidamos, hace mucho que dejé de tomar pastillas y…

– Tranquila corazón, no tienes nada de qué preocuparte, no estás sola, me tienes a mí, yo no voy a dejarte sola, un hijo tuyo sería un regalo, un pedacito de ti y de mí.

– Que cosas dices peter – exclamó sonrojada.

– Es la verdad, ¿no te gusta la idea?

– No es eso… aún no me siento preparada para esa responsabilidad, un hijo no es un juguete, es algo para toda la vida y siento que todavía no soy capaz de cuidar y educar a alguien.

– Nadie nace sabiendo eso lali, se aprende con el tiempo, ¿por qué no te haces la prueba para salir de las dudas?

– Me asusta.

– Pero no puedes estar angustiada pensando si estás o no embarazada, no te van a salir antenitas para saberlo, tienes que confirmarlo y, por favor, piensa que yo te apoyaré al 100%, ¿vale?, jamás evadiré mi responsabilidad, es algo que hicimos los dos y nos haremos cargo los dos, te amo, recuérdalo.

Me respondió aliviada con una sonrisa. Esa noche casi no pude dormir pensando en esa posibilidad, hasta pensé en bauty, la cara que pondría al enterarse que yo sin estar casado sería papá, en cambio él seguía sin heredero, una sonrisa traviesa se dibujó en mi rostro imaginando su reacción. Mis padres seguro nos apoyarían y mary sería la más feliz, a cada rato le preguntaba a bauti y Diana cuando la harían tía, así que su sueño se vería cumplido por mí.



Si a lali le tranquilizaba, le propondría que nos casáramos, aunque fuera algo sencillo e íntimo, moví la cabeza, ¿en qué momento mi vida y mis pensamientos habían cambiado tanto?, hace no muchos meses yo era todo un Don Juan, un Casanova, un Valentino y ahora estaba pensando en comprar pañales, en efecto, lali había llegado a cambiar mi vida de cabeza y había sido lo mejor que me había pasado, ella había descongelado mi corazón y logrado que volviera a latir por amor.



Ese día anduve ansioso en todo momento, así que cuando vi que era una hora prudente en buenos aires le marqué a lali, me contestó y me dijo que la prueba había salido negativa, que sólo había sido una falsa alarma, mis planes se desvanecieron, pero, ya habría tiempo para eso, las cosas llevaban un orden, aunque no era reglamentario, nos casaríamos en un futuro y cuando ella se sintiera lista vendrían los hijos.



Al fin había llegado el ansiado día en que volvería a estar con mi lali, me encontraba en el taxi camino a su departamento, para luego irnos al aeropuerto y volar a Miami. En cuanto me abrió la puerta se arrojó a mis brazos y nos fundimos en un beso frenético, cargado de emociones, como añoraba sus besos, sus caricias, había sido muy divertido el jueguito de la web cam, pero nada comparado con tenerla en la realidad, embriagándome con su sabor y disfrutando de su olor, la pañoleta lo había ido perdiendo paulatinamente, estar entre sus brazos era mi paraíso personal y que ganas de hacerla mía, de hacerle el amor, sin embargo, teníamos un vuelo que tomar.



Al llegar al aeropuerto registramos las maletas y caminamos hacia la sala de espera, lali se sentó y yo fui a comprar unos dulces. Debí tardarme menos de cinco minutos y al girarme para regresar a su lado la vi muy sonriente abrazando a un tipo que después la sostuvo de las manos, la sangre comenzó a hervirme y la ira me inundó por completo, ¿quién demonios era ese idiota que se atrevía a tocar a mi mujer?.

– De verdad luces maravillosa y radiante – le dijo muy entusiasmado.

– Porque la felicidad se refleja en el rostro – intervine abrazándola – y lali y yo somos muy felices, ¿verdad corazón?, por cierto, ¿no me vas a presentar?

– Sí, claro, el, un ex compañero de la preparatoria, él es Peter Lanzani..

– Su novio, para mayor información – me enfureció más el que ella no lo aclarara.



Reconoció mi apellido y empezó a alabar a bauti, ¿estaba pretendiendo quedar bien conmigo?, ¿pensaba que por eso iba a pasar por alto lo que acababa de ver? Cuando se marchó no pude evitar recriminarle a lali, la muy inocente no se había dado cuenta de las miraditas de ese idiota, me importaba muy poco si habían estudiado juntos, eso no lo eximía de haberle coqueteado. En respuesta, lali me recriminó lo de amanda, entonces respondí sin pensar con un muy desagradable e hiriente comentario del que fui consciente al momento de sentir la fuerte bofetada que ella me dio con toda la razón.



– No quiero volver a verte en mi vida – exclamó molesta y se alejó.

– Perdóname lali, por favor, perdóname no quise decir eso – dije corriendo y abrazándola.



Había sido un completo idiota, pero no tenía idea de cómo manejar los celos, me cegaban completamente y perdía totalmente el raciocinio, no sabía cómo canalizarlos y la herí sin proponérmelo, me odié en ese momento por ser tan estúpido, mi única justificación era el inmenso amor que sentía por ella y haría lo imposible por lograr su perdón, no me importaba arrodillarme y recorrer todo el aeropuerto de esa manera con tal de que me perdonara, la amaba con todo mi ser y me aterraba la idea de perderla, mucho más si yo era el causante por mis estúpideces.

Accedió a subir al avión, pero no me dirigió la palabra para nada, eso me dolía, aunque no podía esperar que su actitud fuera diferente después de la gran estupidez que le había dicho, me daban ganas de romperme yo solo la boca por no saber tenerla cerrada. Se levantó y supuse que iba al baño, esperé unos minutos y después la seguí, otra de mis locuras se había hecho presente en mi mente y, más que nada, estaba buscando reconciliarme con ella, así que toqué discretamente la puerta del baño, me respondió que estaba ocupado y seguí insistiendo hasta que me abrió y la obligué a entrar, me dijo que estaba loco y le respondí que sí, por ella, no había otra verdad.



Comencé a besarla, pero su boca permanecía cerrada, sin un pequeño atisbo que me indicara que en algún momento me correspondería, mis manos recorrían su cintura y sus muslos, las de ella estaban a sus costados y ese rechazo me dolió mucho más que la bofetada que me había dado. Pero no me iba a rendir, no quería que siguiera enojada conmigo, mi lengua recorría sus labios tratando de entrar a su boca y mis manos subieron a sus senos, entonces lali se rindió finalmente y su lengua recibió la mía que se unieron presurosas al tiempo que ponía sus manos en mi cuello y lo hicimos con urgencia en ese estrecho baño, cuanto había echado de menos su cuerpo.



Volví a pedirle perdón y me pidió que no abusara de ella, le di mi razón, aunque quizá no era suficiente para que me perdonara y finalmente me dijo que dependería de mi comportamiento, como deseaba volver el tiempo atrás para cambiar las cosas.



Regresamos a nuestros asientos y la abracé, después le entregué la letra de la canción y le comenté mis planes de cantársela a mary, pero se negaba a aceptar porque le daba vergüenza cantar en público, hasta que debido a mi insistencia terminó por decirme que lo pensaría. Después le conté la historia de amor de mary y ella me hablo sobre sus padres, la información que me dio yo ya la sabía, lo que ignoraba era la relación tan fría y distante que mantenía con ellos.



Llegamos a la casa y tomé su mano para entrar, de inmediato sentí sus nervios al ver a toda mi familia en la sala, se la apreté para infundirle confianza, yo sabía muy bien que la recibirían cálidamente. Todos la abrazaron y yo estaba emocionado viendo las muestras de cariño para con ella, no podían faltar las bromas de bauti, pero, ni siquiera me incomodaron, toda mi atención estaba puesta en ella, que no daba crédito a la actitud de los Lanzani.

Cap 68 

Después Diana nos dio la noticia de que estaba embarazada y mi hermano orgulloso y feliz la abrazó, así que ahí me desquité un poco de sus comentarios, me daba tanto gusto que al fin fuera a ser padre, estaba seguro que sería el mejor.



Subimos a la recámara a arreglarnos para el ensayo, lali de inmediato salió al balcón y yo fui tras ella y la abracé, le encantó la vista y a mí me encantaba tenerla ahí, conmigo, completando mi mundo, no podría pedirle más a la vida en ese momento. Le pedí que nos bañáramos juntos, pero se rehusó argumentando que teníamos poco tiempo, así que ella lo hizo primero y mientras tanto desempaqué. Luego fue mi turno y al salir, quedé maravillado al verla, estaba radiante con ese sencillo y bonito vestido de color beige, que no pude contenerme y la hice darse una vuelta diciéndole lo hermosa que se veía mientras ella se sonrojaba.



Bajamos a la terraza, donde ya se encontraban los principales invitados, mary la presentó y yo no podía sentirme más orgulloso de mi novia, se sentía tan raro pensar en ella con esa palabra, antes creía que había salido de mi vocabulario. Mi mamá se acercó a mí y me puso su mano en mi hombro.



– Que gusto me da verte enamorado, hijo, siempre había respetado tu forma de ser, aunque no estuviera de acuerdo con ella así que no tienes idea de la satisfacción que siento en este momento por ti.

– Gracias mamá, francamente soy muy feliz y te voy a confesar algo, lali es la mujer con la que quiero estar por siempre, así que pronto habrá otra boda en la familia.

– Me da mucha ilusión, este ha sido uno de los días más felices de mi vida, mi pequeña hija se casa, voy a ser abuela y tú estás planeando tu futuro.

– A mí también me da mucho gusto ver a mis hermanos realizados y en cuanto a mí, sólo te puedo decir que la amo demasiado.

– Y se ve que ella también a ti, además se nota que es una buena chica.

– Muy linda, mamá, ya la irás conociendo con el tiempo.



Después del ensayo, pasamos al salón para comer, al terminar, lali y yo cantamos la canción, aunque era para mary, la interpretamos para nosotros, en cada estrofa nos acercábamos más y cuando terminamos estábamos a milímetros de distancia.

– Junto a ti quiero estar el resto de mi vida, soy capaz de cruzar el Atlántico nadando sólo para llegar a ti, estoy profunda y totalmente enamorado de ti, lali – susurré en su oído, ella no respondió nada, pero no era necesario, su mirada de asombro me lo decía todo.



Cuando nos quedamos solos le toqué el piano, una melodía que había compuesto para ella, después la besé y acaricié ahí mismo, me detuvo diciéndome que alguien podría vernos, así que cerré todas las puertas y regresé a su lado, ella se rehusaba a que lo hiciéramos ahí, sin embargo, terminó cediendo y nos entregamos de una manera increíble, muy al estilo de una escena de la película Mujer bonita, sobre el piano.



– La noche apenas empieza corazón y juro que no te daré tregua – dije al terminar.



Luego de vestirnos, me pidió que le mostrara la casa, así que hicimos un pequeño recorrido por la planta baja y la llevé a la piscina, le sugerí que nadáramos y de nuevo puso de pretexto a mi familia y a la gente que andaba ahí trabajando, pero, otra vez la convencí. No sólo nadamos un poco, sino que hicimos el amor ahí mismo, entre el agua y la compañía de la luz de la luna que hicieron más memorable el momento.



– Te amo lali – le dije finalmente, venciendo mis demonios.

– Yo también te amo peter, con todo mi corazón – respondió y la emoción fue tal que podría jurar que mi corazón se detuvo por un segundo.



Íbamos subiendo a la habitación cuando nos topamos con bauti, quien salió con uno de sus típicos comentarios, logrando incomodar a lali, pero le dije que no le prestara atención, que él y diana también tenían sus anécdotas. Entramos a la habitación y nos dimos una ducha rápida porque ambos estábamos tiritando de frío.



– Ni se te ocurra vestirte corazón – dije mientras se secaba.

– Estoy empezando a sospechar que sí ingieres alguna sustancia prohibida.

– Juro que no, sólo tomo vitaminas, además la comida fue de mariscos, se sabe muy bien cuáles son sus propiedades – aclaré y le quité la toalla mirándola sensualmente – y lo principal, te amo y eso es el mejor afrodisiaco – añadí lamiendo su cuello.

– Yo también te amo y me encanta que seas así – aceptó con una risita.

La besé apasionadamente y después la cargué para llevarla a la cama, la deposité ahí y me comí sus senos alternadamente mientras mis dedos se deslizaban hasta su intimidad que invadí con ellos y comenzó a jadear y a susurrar mi nombre, después me llevé mis dedos a la boca para disfrutar de su sabor. Dibujé sus labios con la punta de mi lengua entrando en su centro, lali se arqueó al sentirme y se aferró a mi espalda, casi enterrándome sus uñas, fui embistiéndola lentamente en tanto la besaba, luego puse mi cabeza sobre su hombro, gimiendo ante la magnificencia de su cuerpo que se movía al unísono con el mío, apretándome con sus piernas y llevando sus manos hasta mis nalgas que empujaba para que llegara aún más adentro de su muy húmeda cavidad. Le hice a un lado unos cabellos que tenía sobre el rostro.



– ¿Te gusta? – le pregunté con voz ronca debido a la excitación.

– Me… encanta – respondió con dificultad.

– ¿Quieres más? – inquirí sobre sus labios, mirándola.

– Sí… mucho más… un poco más rápido.

– ¿Así? – cuestioné acelerando mis movimientos.

– Sí… así…peter
– Oh lali… eres exquisita.

– Tú me vuelves loca… te amo.

– Y yo te amo a ti.



Aceleré aún más las embestidas, entrando y saliendo de ella de tal manera que se escuchaba el chocar de nuestros cuerpos que ya estaban cubiertos de sudor. Hice unos cuantos movimientos más y descargué en su interior, inundándola por completo mientras ella gemía delicioso, indicándome que también había llegado al mismo tiempo que yo. Después de unos segundos, bajé de ella y me acosté a su lado, pegándome a su cuerpo, con nuestras piernas entrelazadas hasta que nos quedamos dormidos.



A la mañana siguiente desperté y ella aún dormía, me acomodé para mirarla, definitivamente era un ángel reflejando paz y tranquilidad, con su labios color carmesí y no pude evitar sonreír al reconocer que ese ángel era sólo mío y que yo era de ella, sin ninguna duda, ambos nos pertenecíamos, nos completábamos y nos amábamos.



– Buenos días corazón – dije cuando despertó y le di un pequeño beso.

– Buenos días mi amor.

– Me encanta como suena eso.

Sí, me encantaba que me dijera así, saber que yo era su amor, ella era mi corazón, el motor de mi vida. Me fascinó que sugiriera que nos bañáramos juntos y lo hicimos de una manera sublime, con cada gesto, mi amor por ella se intensificaba. Después de vestirnos y peinarnos bajamos al comedor, donde ya se encontraba toda la familia. No podían faltar los clásicos comentarios de bauti y hasta le dio lata a mary, que me encantó su amenaza de subir un video de él a la red para que vieran como consentía a su esposa, ni quien se lo imaginara con lo rudo que es en el campo de rugby. Al terminar, le mostré a lali el resto de la casa, le indiqué de quien era cada recámara y luego entramos la biblioteca, la cual tenía varios cuadros pintados por mi madre.



– Qué hermoso pinta tu mami – exclamó mirándolos maravillada.

– ¿Y tú como sabes que los pintó mi mamá? – pregunté sorprendido.

– Porque aquí dice – respondió señalando la ininteligible firma.

– Eres muy mala mintiendo, ¿lo sabías? – dije abrazándola por detrás.

– Bueno, yo también sé algunas cosas tuyas, señor vicepresidente de la fundación Lanzani
– Con que me googleaste, ¿eh?, ¿cuándo? – cuestioné dándole un beso en el cuello.

– Cuando supe tu nombre y quedaron rotas las reglas, necesitaba saber más de ti.



Así que ella estaba igual que yo, también quería saber todo sobre mí, claro que había usado métodos más tradicionales, la verdad a mí no se me había ocurrido que podría conseguir información de ella en esa página. Ambos estábamos locos el uno por el otro y lo ignorábamos, los dos teníamos nuestros propios miedos y demonios, quizá nos pudimos ahorrar tantas cosas de haber sido sinceros desde un principio, pero, ¿cómo podíamos serlo con las reglas de por medio? Me agradó tanto saber eso, me sentí menos psicópata, tal vez algún día le contaría que la había mandado investigar, sólo esperaba que me comprendiera.



lali fue a la habitación de mary para que la arreglaran y yo me dirigí a la terraza, ahí estaba mi padre, bauti y mis tíos, así que me puse a platicar con ellos, les conté que ya tenía novia y me felicitaron. Después entramos a la sala, donde se encontraba la amiga de mary que no tardó en acercárseme.

Cap 69 

– Vaya, veo que hoy sí viniste acompañado, pensé que esta vez sí se me haría.
– Pues no, ya es mi novia y por supuesto que tenía que acompañarme – dije serio.
– ¿Así que por esa me rechazaste?, pensé que tenías mejores gustos, es tan insignificante.
– Retira lo que dijiste, no me hagas olvidar que eres mujer y que eres amiga de mary, no te voy a permitir que la insultes, ella vale mucho más que tú, no es una… buscona.
– Vaya, sí que te tiene comiendo de su mano, no es pecado expresar una opinión.
– Lo es cuando se trata de un muy mal comentario sobre la mujer que amo.
– Sí que es afortunada, la defiendes con tanto ahínco.
– Porque la amo, pero, no espero que tú entiendas eso, no sabes lo que significa.

Me miró con rabia y en eso vi entrar a eugenia con su hermano así que fui a su encuentro a saludarlos, le dije a ella que subiera a la habitación de mary y de inmediato lo hizo. Entonces, me puse a platicar con mi tío y le comenté que al fin había encontrado a la mujer que él alguna vez me había descrito y me dijo que le daba mucho gusto y que ya quería conocerla.

Luego de un largo rato de platicar con él subí a mi habitación para cambiarme y ahí estaba lali ya lista. Le hice saber lo preciosa que se veía y me lo agradeció al igual que el dejarla entrar a mi vida, no entendí porque me decía eso ni la manera en la que me abrazó, así que le respondí que el agradecido era yo y me cuestionó desde cuando había roto las reglas y le dije la verdad, incluso le confesé que le había mentido el día que había llovido y le di mis razones para hacerlo. Me dijo que me amaba, quizá desde el primer instante en el que me vio y le contesté que al parecer yo también.

Minutos más tarde bajamos a la terraza, recibimos a varias personas y después se la presenté a mis tíos. Luego nos acomodamos en nuestros respectivos lugares y la boda dio inicio, en el momento indicado le coloqué el lazo a mi hermana, quien irradiaba felicidad a kilómetros a la redonda. Al término de la ceremonia nos dirigimos al salón; platicamos, bebimos, comimos y di mi discurso, se me había dificultado hacerlo, pero ahora, al tener a lali ahí conmigo, todo se me aclaró y dije las primeras palabras que me salieron del corazón y que fueron muy bien recibidas porque todo mundo aplaudió emocionado y la expresión en el rostro de mary era grandiosa. Luego le propuse a lali que bailáramos y se dejó llevar. Más tarde bailé con mi madre, con mi hermana y con eugenia que se veía ilusionada, supuse que había conocido a alguien, pero lo negó.


Llegó la hora de aventar la liga de la novia y lo que nunca, me acerqué, yo no creía en esas tradiciones y jamás me había llamado la atención participar, sin embargo, sentí el impulso de hacerlo esta vez, algo que no creí sentir algún día me había sucedido, la ilusión de casarme. La liga le tocó a un amigo de mary que la presumió. Después fue el turno de las mujeres para variar el ramo y le tocó a eugenia que se entusiasmó sobremanera, ahí confirmé que sí había conocido a alguien.

– Gracias por el discurso y por la canción– dijo mary abrazándome.
– No tienes nada que agradecer duendecillo, fue de corazón.
– Y sé muy bien quien fue tu musa, me alegra muchísimo que al fin hayas abierto tu corazón, sobre todo a alguien como lali que se ve que te ama.
– Lo sé, te quiero mucho hermanita, diviértete, en verdad te deseo lo mejor.
– Yo también te quiero mucho, gracias por todo, nos vemos en Navidad.

Abracé a lali mientras mary y Maiquel partían rumbo a su luna de miel. La fiesta continuó otro rato y después tomé una botella, un par de copas y la mano de lali, caminamos a la playa, al pequeño recinto que teníamos para descansar y tomar un poco de sol. Brindamos y luego nos amamos de manera celestial, experimentando una nueva forma, recorriendo nuestros cuerpos con múltiples besos y caricias, repitiendo nuestros nombres, gimiendo, disfrutando no sólo del momento, sino del ambiente, de la luz de la luna, del sonido del mar, del aroma de la playa que se mezclaba con el del sexo y después colapsamos juntos una vez más.

Le comenté que faltaba poco para que amaneciera, así que después de vestirnos nos sentamos a la orilla del mar para presenciar ese magnífico hecho que jamás había apreciado como esta vez, con la dueña de mi corazón entre mis brazos luego de haberla amado de forma tan gloriosa. Me percaté que se quedó dormida, me levanté con sumo cuidado y la cargué hasta la habitación, la dejé cuidadosamente en la cama y me acosté a su lado, durmiéndome casi de inmediato.

Otra vez desperté antes que ella, bajé a la cocina y le preparé el desayuno, aunque por la hora que era, más bien debía llamarlo almuerzo. Tomé una rosa del arreglo que había en la mesa del comedor y en las escaleras me topé con mis papás que ya regresaban a Seattle, vi como mi madre se conmovía ante mi gesto para con lali, mi padre me palmeó y me dijo que la invitara a pasar las fiestas decembrinas con nosotros, les di un beso a ambos y terminé de subir.

Ella aún dormía, miré el reloj y teníamos que estar en dos horas en el aeropuerto, así que la desperté, acariciándole el rostro con la rosa, me sonrió sin abrir los ojos, entonces la besé en los labios y le dije que ya era hora de levantarse, que el desayuno ya estaba listo, se enderezó y miró sorprendida la charola, que coloqué sobre sus piernas. Desayunamos mientras comentábamos sobre la boda y después nos alistamos para regresar a buenos aires. En la sala nos encontramos a bauti y Diana que miraban televisión y nos comentaron que se quedarían ahí el resto de la semana, así que nos llevaron al aeropuerto, nos despedimos dándoles un abrazo y lali le recomendó a Diana que se cuidara mucho.

En el avión le comuniqué a lali sobre la invitación de mi padre, pero le dije que no había problema si ella iba a pasar esas fechas con sus padres y me dijo que no lo tenía planeado, que lo más probable es que sí fuera conmigo y eso me hizo muy feliz, me apenaba que no tuviera una buena relación con sus padres, sin embargo, mi lado egoísta era más fuerte y prefería mil veces que estuviera conmigo que con ellos, este fin de semana había terminado de comprobar lo importante que era ella para mí y que la amaba con locura y desenfreno, pasar la Navidad y el Año Nuevo con ella sería mi mejor regalo y ya estaba ansioso porque llegaran esas fechas.

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, mi relación con lali seguía fortaleciéndose, a veces ella se quedaba dormir en mi departamento y en otras ocasiones yo me quedaba en el de ella.

La semana que pasamos en Seattle con mi familia fue maravillosa, despertar a su lado en Navidad definitivamente fue mi mejor regalo, mirando su rostro angelical, su cabello enmarañado y esa hermosa sonrisa que me fascina. Toda mi familia se portó sensacional con ella, la llenaron de regalos, abrazos, besos y no pudieron hacerme más feliz por aceptarla tan bien y lograr que se sintiera como una integrante más, mary ya la consideraba como una gran amiga, bauti le hizo bromas como si la conociera de toda la vida y mis padres platicaron de lo más a gusto con ella, mi lali los cautivó tal como lo hizo conmigo.

Estuvimos en abstención unos días debido a su periodo menstrual, así que sólo nos besábamos y acariciamos, aunque no era lo mismo, a mí me bastaba con eso, me conformaba con el hecho de tenerla en mi cama, de dormir abrazado a su cintura, con su exquisita fragancia saturando mis sentidos, sabiendo que era mía y lo más importante que me amaba con la misma intensidad que yo a ella.

Una noche me desperté porque la escuché sollozar y empezó a insultarme, pero me di cuenta que estaba dormida y se movía agitada, así que la tomé de los hombros y la moví para que despertara, me costó un poco de trabajo, pero cuando finalmente lo logré, me abrazó, le aclaré que había sido una pesadilla e intrigado le pedí que me la contara, me dijo que me había soñado con otra y le aseguré que jamás la engañaría, que la amaba.

Entonces, empezó a besarme con una desesperación única y me pidió que le hiciera el amor, así que la recosté y la besé con pasión y dulzura, ella ansiaba tenerme dentro y casi me obligó a que la penetrara, empecé a moverme lento, pero ella aceleró sus movimientos, no entendía su urgencia, sólo la complací y le repetí varias veces que la amaba, tal como ella me lo había pedido, cuando ambos llegamos al clímax bajé de ella y me acosté detrás, abrazándola por la cintura, entrelazamos nuestras manos y nos quedamos dormida.

Cap 70 L

Al día siguiente tuve que viajar a Chicago a una convención que duraría tres días, así que sólo estuve en contacto con ella por el celular, cuando tenía tiempo libre le mandaba mensaje o le llamaba, empecé a notar algo extraño en el tono de su voz, pero cuando le pregunté me aseguró que no tenía nada, que sólo estaba atiborrada de trabajo, quizá estaba siendo yo demasiado aprensivo y haciendo personal algo que no lo era.

Cuando regresé de viaje, fui a mi departamento a dejar la maleta y ducharme, al bajar por mi auto al estacionamiento, vi que una pareja estaba dentro de otro besándose y acariciándose acaloradamente, solté una risita porque saltaron cuando escucharon que quité la alarma de mi carro, así que subí y me dirigí al departamento de lali.

Me recibió con un gran abrazo y su aroma inundo de golpe mis fosas nasales que aunado a la escena que acababa de presenciar provocaron que las ganas de hacerla mía se incrementaran considerablemente, así que no puede aguantar más y terminé haciéndoselo de forma presurosa en el sillón.

Después comenzamos a cenar y le fui platicando sobre la convención, en la cual, me había encontrado a nico, que iba del brazo de una hermosa rubia a la que me presentó como su novia.

Noté que lali estaba como ausente, de hecho apenas y había probado bocado y eso que yo era el que estaba hablando, por lo que le pregunté en que pensaba y me respondió que en nosotros para luego preguntarme qué era lo que había extrañado de ella y después que le respondí empezó a contarme la historia de su amiga Candela que había conocido a su ex esposo en condiciones parecidas a las que nos conocimos lali y yo, francamente no entendía adónde quería llegar con eso y me quedé sorprendido cuando me dijo que no quería que nos pasara lo mismo que a ellos, que nosotros no nos conocíamos y que ni siquiera sabía cuál era mi color favorito, se lo dije aunque seguía sin comprender cuál era el punto de todo eso, ¿acaso ese dato es trascendental para amar y estar con una persona?

No di crédito cuando me preguntó sobre Noelia y no es que quisiera ocultárselo, algún día se lo contaría, cuando me sintiera listo para hacerlo, no es algo que platique con frecuencia, a decir verdad, sólo lo he contado una vez, pero mary tenía que adelantárseme y encima contarle lo mal que me había puesto, al menos había servido para que terminara de corroborar que entre euge y yo sólo hay una gran amistad.

Y casi me caigo de la silla cuando me preguntó que si lo que nos unía era amor o sólo sexo, no me imaginé que se cuestionara algo así, ahora entendía el porqué de su tono de voz cuando hablamos mientras yo estaba en Chicago.

–lali, ¿cómo puedes preguntarme eso?, te he dicho que te amo, te lo he demostrado y no sólo acostándome contigo, te he llevado con mi familia, ¿cómo puedes dudar si es amor? – era completamente inaudito que me cuestionara eso, con todas las locuras que había hecho por ella, claro que algunas las ignoraba.
– Porque lo primero que hicimos ahora que regresaste fue tener relaciones, ¿eso es lo que extrañabas de mí?, la mayor parte de tu lista son cosas físicas.
– Por supuesto que no, lali, en verdad no entiendo a que viene todo esto.
– A que debemos descubrir si este amor es auténtico o sólo es algo físico.
– Ok, entiendo tus dudas por la forma en que nos conocimos, pero hasta ahora sólo me has cuestionado a mí, ahora yo te volteó la pregunta, ¿qué fue lo que tu extrañaste de mí durante mi ausencia?
– Muchas cosas, tu voz, tu mirada, tu sonrisa, tus besos, tus caricias, tus palabras.
– ¿Tienes dudas de amarme? – pregunté con miedo, tal vez esa era la razón de sus argumentos.
– No es eso, simplemente hemos basado nuestra relación en la pasión, recuerda la nota que me dejaste un día, la vida es un equilibrio y eso es precisamente lo que estoy buscando, que realmente nuestra relación sea equilibrada y no sólo física.
– ¿Y entonces qué propones para descubrirlo?

No estaba preparado para escuchar su respuesta, me dijo que así como una vez yo le impuse unas reglas, ahora era su turno de hacerlo y empezó a dictármelas.

– Regla número uno: no mentiras ni engaños – sonaba lógico, había algunas cosas difíciles de confesar, pero se las diría – regla número dos: no arranques de celos – sonaba más lógico aún y con toda la razón – regla número tres, la más importante… no sexo durante un tiempo, quizá un par de meses.
– ¿Qué?, ¿no sexo? – exclamé sin comprender que pretendía con eso.

Me argumentó que si nos amábamos podríamos soportarlo, ¿acaso no habíamos soportado el tiempo que estuve en Londres?, ok, lo hacíamos a través de la web cam, pero no es lo mismo, aguantamos los días de su período, ¿cómo podía decirme que esa sería la prueba máxima para determinar nuestra relación? Le hice saber que no me imaginaba que fuera tan influenciable y su respuesta fue que no quería volver a vivir una mentira como con pablo, que esas serían las reglas del juego, que si las aceptaba.

– Es un poco extremo lali, pero para que veas cuanto me importas y no sólo por el sexo, acepto, es más te propongo algo que realizaremos en lugar de hacer el amor, porque hace muchísimo tiempo que eso es lo que hago contigo, no es simple sexo – le aclaré.
– ¿Y cuál sería esa proposición? – preguntó mirándome fijamente.
– Te voy a contar mi historia, un poco cada noche, para disipar tus dudas, para que me conozcas y seguiré las reglas, tal cual, no quieres mentiras, perfecto, de hoy en adelante sólo la verdad, pero de tu parte también, porque no me dijiste que mary te había platicado sobre Noelia , no quieres arranques de celos, los controlaré, no quieres sexo y en su lugar prefieres que salgamos como dos adolescentes, lo haremos, porque entiendo tus argumentos y comprendo que estés asustada por la forma en que terminó tu relación con pablo y por lo que le pasó a tu amiga, pero ni tú eres ella ni yo soy él.
– Lo sé, no me estoy comparando con ellos, pero vi tan devastada a candela que no quiero pasar por lo mismo y sí, también tiene que ver con la manera en que terminaron las cosas con pablo, no quiero que se repita la historia y la verdad sí me asusta que lo nuestro no tenga un final feliz, por eso las nuevas reglas, es mejor saber ahora lo que realmente nos une que después cuando haya pasado más tiempo y nos arrepintamos.
– Yo jamás me arrepentiré de haberte conocido, sin importar las circunstancias, quizá esa era la única forma en que hubiéramos coincidido en la vida, entonces, ¿estás dispuesta a escuchar todo lo que tenga que contarte?
– Sí… pero no quiero detalles sórdidos.
– Está bien, esos los reservaré para mí.
– Ok, te escucho.

Cap 71 


Y así empecé a contarle mi historia, sus reacciones fueron diversas; de tristeza y pena cuando le conté lo de Noelia, incluso se le llenaron sus ojos de lágrimas, ahí fue cuando comprendí la forma en que me había abrazado en Miami, seguro mary acababa de platicarle ese episodio.

Pasó a la sorpresa y molestia cuando le aclaré la forma en que había entrado a esa sociedad. Se quedó boquiabierta cuando le fui explicando lo que me hacía sentir, no daba crédito a lo rápido que yo había roto las reglas, incluso mucho antes que ella. Se quedó impactada al enterarse que la había mandado investigar y su rostro expresó miedo y confusión.

– No puedo creerlo peter, ¿fuiste capaz de mandarme investigar?
– Sí, sé que fue algo indebido, pero no encontré otra forma de averiguar sobre ti.
– Si ya habías roto las reglas, ¿no era más fácil hablarlo conmigo?, decirme lo que pasaba por tu mente y preguntarme lo que quisieras saber de mí.
– Sí lo era, sé que fue incorrecto recurrir a eso, pero, fue lo único que se me ocurrió y cuando decidí romper las reglas y buscarte, te vi con pablo.
– ¿Ahora es mi culpa? – exclamó cruzándose de brazos.
– No estoy diciendo eso lali, debes creerme cuando te digo que no sabía que me estaba enamorando, sólo tenía claro que quería conocer todo sobre ti y no tenía idea como manejarlo, lali, la primera vez que me enamoré tenía catorce años, fue un romance juvenil que terminó en tragedia y no se compara con lo que ahora siento por ti, ni siquiera estaba consciente que lo que sentí fueron celos cuando te vi con pablo la primera ocasión, no he tenido citas convencionales con nadie y quizá no sea suficiente para que me entiendas, pero mi único argumento es que te amo, aunque lo dudes.
– Tal vez es un amor enfermizo peter, perdóname por no entenderte, pero si tus arranques de celos ya me habían dado miedo, ahora que sé que me investigaste, ese miedo aumentó y… no sé si pueda estar contigo.
– ¿Qué?, ni siquiera he terminado de contarte toda mis historias.
– Por el momento no necesito saber más, permitiste que un extraño me siguiera, que me tomaran fotos, que averiguaran hasta que flores me gustan, ¿cómo pretendes que siga a tu lado después de saber eso?
– Por nuestro amor lali, sé muy bien que actué como un psicópata y créeme que haría las cosas diferentes si el tiempo regresara, pero, no sabía si yo significaba algo para ti.

– ¿Y cómo ibas a saberlo si no me lo preguntaste?, yo tenía la misma incertidumbre que tú, no me habías dado ningún indicio, hemos vivido esta relación a base de apariencias, de mentiras y es precisamente lo que no quiero.
– ¿No me amas lali? – la tomé de las manos – mírame a los ojos y dime que no me amas y entonces me alejaré para siempre.
– Ese no es el punto peter, sí te amo, pero estoy asustada, necesito unos días para procesar esta información, ¿ok?
– ¿Entonces no es definitiva tu decisión? – pregunté con el corazón en la mano examinando sus ojos.
– Aún no, tienes razón en decirme que te faltan cosas por contarme, pero, por ahora no quiero escucharlas, necesito estar sola.
– Está bien, si así lo deseas, lo comprendo, sólo ten presente que aunque nuestros primeros encuentros hayan sido sexuales, eso no es lo que me une a ti, sí me encanta la forma en la que hacemos el amor, porque grábatelo bien, hacemos el amor, no es sexo lo que tenemos y te pido perdón por mis conductas irracionales, de verdad lamento mucho haberte mandado investigar, haberte espiado… sólo recuerda muy bien que te amo, tómalo en cuenta para cualquier decisión.
– Lo haré porque yo siento lo mismo por ti, después te llamo.
– ¿Cuándo? – pregunté desesperado.
– No lo sé, cuando me sienta lista para volver a escucharte, tal vez en una semana.
– Está bien, esperaré – le di un beso en la frente y me fui de su departamento.

Sabía que eso era lo más difícil que me perdonara, casi todo lo demás ya lo sabía, excepto algunas mentiras derivadas para ocultar la investigación. No podía culparla por sentir miedo, francamente yo lo había sentido por mí mismo y por todo lo que estaba haciendo por ella, su reacción era lógica, sólo esperaba que su amor fuera más grande y pudiera perdonarme, no podía imaginar mi vida sin ella, ¿qué haría?, ¿adónde iría?, ya ni siquiera me llamaba la atención ser un mujeriego, ya estaba harto de eso. Frustrado llegué a mi departamento y eugenia estaba ahí.

– Que carita, ¿qué te pasó? – exclamó al verme entrar cabizbajo.
–lali me pidió tiempo para pensar y analizar las cosas.
– ¿Sigue con la duda del amor o sexo?
– Tal vez, creo que aún no le cuento lo suficiente para que sé de cuenta que es amor.


– ¿Y por qué te pidió tiempo? – preguntó curiosa.
– Porque le confesé que la mandé investigar y se asustó.
– ¿Qué?, no puedo creerlo – exclamó sorprendida.
– No me mires así, tú hiciste lo mismo con tu exnovio, ¿no?
– Sí, pero jamás me imaginé que tú lo hicieras, a mí también me has ocultado muchas cosas de esa relación, ¿eh?
– Pues ya estamos iguales, tú también me has estado ocultando con quien sales últimamente.
– Ya suficiente tienes con lo que estás pasando con lali para que yo te dé otra preocupación.
– ¿Pues de quién se trata?, ¿lo conozco?
– Te lo contaré en su debido momento, por ahora tienes cosas más importantes que resolver, yo sé cuidarme sola, así que tranquilo.
– Claro, si has convivido con este psicópata por tantos años y sigues a salvo, no tengo de que preocuparme, no creo que te encuentres a alguien más loco que yo.
– En efecto no – se rió moviendo la cabeza – además no has sido psicópata toda la vida, fue a partir de que te enamoraste de lali.
– Espero que ella lo vea así, que todo ha sido locura de amor.
– Verás que sí, lali también te ama, en la boda de mary no sé quiénes derramaban más miel, si ella y Maiquel o tú y lali.
– Pero, ¿crees que me perdone lo de la investigación y las mentiras que le he dicho?
– Yo digo que sí, pero en el supuesto caso que no lo hiciera y terminara definitivamente contigo, al menos ya sabes que eres capaz de enamorarte, de abrir tu corazón.
– No sé si pudiera hacerlo de nuevo, fue casual euge, no es algo que yo hubiera buscado.
– El amor siempre es casual peter, llega en el momento preciso y si no fuera con lali, en algún lado estará tu alma gemela, yo pensaba que él era la mía y ya ves, me equivoque y ahora… la vida me ha dado otra oportunidad.
– Yo no quiero otra oportunidad si no es con lali.
– No seas dramático peter, verás que sí te perdona.
– Estoy muy mal, ¿verdad?
– Sí mi amigo – soltó una carcajada – pero el amor así nos pone.
– eugenia, ¿estás enamorada? – dije mirándola fijamente.
– Tal vez – respondió con una sonrisa mirando al vacío.
– ¿No me vas a decir de quién?, soy tu mejor amigo.
– No, ya te dije que a su debido tiempo.
– ¿Andas con un casado?
– Por supuesto que no, te prometo que cuando las cosas se resuelvan entre lali y tú, organizo una salida para que… convivamos los cuatro.
– Que misteriosa.
– Bueno, ya me tengo que ir, sólo vine por unas cosas que se me habían olvidado, nos vemos luego – me dio un beso en la mejilla y se fue.

Pasó una semana completa y lali no me buscó, respeté su decisión y aunque me estaba muriendo por verla, yo tampoco la busqué. Todas las noches me dormía con su pañoleta y debía reconocer que algunas veces me acariciaba pensando en ella, eso no me lo había prohibido, así que no estaba rompiendo ninguna regla. El siguiente lunes finalmente me llamó y no pude evitar sonreír al reconocer su número.

– Hola corazón, ¿cómo estás? – fue lo primero que le dije.
– Bien gracias, ¿y tú? – respondió en tono casual.
– Extrañándote, me da tanto gusto escuchar tu voz.
– Quizá no te dé el mismo gusto lo que tengo que decirte – dijo seria y mi corazón empezó a latir descontrolado por la zozobra. 


No pude decir palabra alguna por la impresión que me causó lo que me dijo, en un instante pasaron varias posibilidades por mi cabeza, sólo una lo suficientemente poderosa que no me daría gusto escuchar, que terminaría conmigo definitivamente.

–peter, ¿sigues ahí? – exclamó haciéndome reaccionar.
– Sí… te escucho.
– pablo ya se enteró de lo nuestro.

Otra vez me quedé en silencio tratando de procesar lo que acababa de decirme, nada que ver con lo que yo había pensado, ni siquiera me acordaba de la existencia de ese tipo.

– ¿Me escuchaste? – preguntó insegura.
– Sí… pensé que ibas a decirme algo grave – le aclaré y me volvió el alma al cuerpo.
– ¿Cómo qué?
– Que no me perdonabas y ya no querías saber nada de mí.
– Bueno… aún no decido eso, sólo quise comentarte que él ya lo sabe.
– ¿Y tú cómo sabes eso?
– Porque anoche coincidimos casualmente en un evento de mi trabajo y me lo dijo.
– ¿Y cómo se enteró?, ¿te lo reprochó?
–Rocio le mandó la foto de un periódico donde salimos juntos en la boda de mary, pero no me reprochó nada, ya está saliendo con… otra chica, sólo me preguntó que desde cuándo y cómo se había dado lo nuestro y luego me comentó que ya habías prescindido de sus servicios, algo que no me habías dicho, por cierto.
– Aún no llego a esa parte de la historia… ¿ya estás lista para seguirme escuchando?
– Sí, pero tendrá que esperar unos días, va a ser el aniversario de la agencia y estoy en el comité organizador de la fiesta, así que estoy hasta el tope de trabajo.
– Entiendo, no te preocupes – dije resignado.
– ¿Quieres acompañarme a la fiesta?
– ¿Tú quieres que te acompañe?
– ¿Crees que te lo preguntaría si no lo quisiera?
– ¿Otra vez vamos a respondernos con preguntas?
– Tú empezaste – exclamó riéndose – ¿sabes?… te he extrañado mucho.
– Yo también lali, no tienes idea de cuanta falta me haces, te amo.
– Yo también peter– suspiró – debo estar loca, pero no me importa que seas un psicópata, no tengo nada que perdonarte, te amo y te necesito.

– ¿Podemos vernos más tarde? – pregunté con el corazón latiéndome descontroladamente por sus palabras – paso por ti a la oficina y vamos a cenar.
– Está bien, aunque no puedo desvelarme mucho, mañana tengo que estar a las ocho de la mañana en Nueva York.
– Yo te llevo, si quieres… me puedo quedar a dormir en tu departamento.
– Ya no soportas la tercera regla, ¿verdad? – exclamó con una risita.
– Apenas van trece días, aguanté un mes en Londres, así que aún puedo soportar más.
– No puedo creer que los estés contando, corrijo, sí puedo creerlo, me estoy dando cuenta que eres capaz de muchas cosas.
– Todas por amor lali, no sé cómo puedes dudarlo.
– Sólo quiero estar completamente segura, no quiero otro desengaño.
– Te entiendo, ¿entonces a qué hora paso por ti?
– No sé a qué hora salga, te mando mensaje, ¿sí?
– Ok, lo esperaré.
– Hasta la noche, te mando un beso.
– Y yo cien.

Escuché que se rió y después colgó. Suspiré y luego me reí solo, no sé si lo había hecho con alevosía y ventaja, pero definitivamente había logrado meterme un buen susto con esa frase de que no me daría gusto lo que me diría, francamente me tenía sin cuidado que lo supiera ese tipo, lo único que me importaba es que no quisiera hacerle daño a mi lali, pero si no le recriminó seguro es porque no le importó enterarse, además él también ya estaba haciendo su vida con otra persona.

A las 8:30 me mandó mensaje lali para que pasara por ella, así que salí de mi departamento y me dirigí a su oficina, la esperé afuera del edificio y de inmediato salió cuando le avisé que ya había llegado, me saludó con un rápido beso en los labios y fuimos a un restaurante cercano. Ordenamos la cena y mientras estuvimos ahí le conté otro episodio de mi historia, vi como paso de la rabia a la risa y de nuevo al enojo cuando escuchó lo que le platiqué.

– Yo pensé que habías conocido a pablo por casualidad, jamás me imaginé que lo habías contactado a propósito – exclamó cruzándose de brazos.
– Quería conocerlo, saber si era un fuerte rival.
– ¿Así que desde un principio supiste que me engañaba? – preguntó seria.
– Sí y eso fue lo que me motivó a seguir contigo.
– O sea que si no me hubiera engañado, ¿te habrías alejado de mí?
– No lo sé, probablemente no.
– Esculcaste su celular, sí que eres un psicópata.
– Estoy consciente de ello – acepté avergonzado.
– Jamás me imaginé que alguien hiciera ese tipo de cosas por mí.
– Para que veas cuán grande es mi amor por ti – respondí y la besé en los labios.
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